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Yucatán

II Actualización de la Enciclopedia Yucatanense, hito editorial en nuestra historia

Faulo M. Sánchez Novelo Estimado Sr. Gobernador:

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La segunda actualización de la Enciclopedia Yucatanense, compromiso que usted asumió con los yucatecos, se cumple hoy con la presentación de los seis tomos previstos, que contienen 38 ensayos, 10 de los cuales fueron traducidos al maya, y que abarcan poco más de 4 mil páginas de texto e imágenes.

La agonía y el éxtasis, título de un libro de Irving Stone, que narra la vida de Miguel Ángel, resume en forma certera lo que experimentamos los editores de esta obra: Enrique Martín Briceño y un servidor. Agonía por las mil y una complicaciones que se presentaron durante la elaboración, diagramación, revisión y corrección de los ensayos, y éxtasis al verlos impresos y listos para ser entregados al pueblo de Yucatán que los costeó con sus impuestos. Los ciudadanos interesados pueden solicitar a la Secretaría de la Cultura y las Artes, instancia que licitó la impresión, toda la documentación relativa al caso. Se tiraron mil ejemplares de cada tomo.

Como saben los que se interesan por la historia de Yucatán, la Enciclopedia Yucatanense tiene dos importantes precedentes: la primera edición, durante el gobierno de Ernesto Novelo Torres, y su segunda edición y primera actualización durante la administración de Francisco Luna Kan. Corresponde, pues, a su gestión, señor gobernador Zapata Bello, la segunda actualización de esta obra de consulta. Estos tres hitos editoriales confirman, por si hiciera falta, que el gobierno yucateco tiene una antañona vocación editorial que vale la pena resaltar porque no es común en otras entidades del país.

Como no podía ser de otro modo, la segunda actualización de la Enciclopedia Yucatanense es resultado de un esfuerzo colectivo en el que intervinieron expertos de reconocida solvencia académica, así como jóvenes escritores que asumieron el reto, luego de recibir la invitación de alguno de los integrantes del Comité Editorial, conformado por Rolando Bello Paredes, Jorge Cortés Ancona, Enrique Martín Briceño, Sergio Quezada, Dulce María Sauri Riancho y un servidor. Mi reconocimiento a todos ellos.

Sobre los ensayos me gustaría decir unas cuantas palabras. Después de establecer los campos temáticos, se buscó a las personas idóneas para la confección de los ensayos. La única consigna que recibieron las y los que decidieron colaborar con esta tarea fue incluir en sus trabajos lo más relevante ocurrido en los últimos treinta y cinco años en el campo de su especialidad. Algunos contenidos ya habían sido publicados parcial o totalmente por sus autores, pero la gran mayoría fueron escritos especialmente para la Enciclopedia. Todos los trabajos fueron sometidos a lectura de pares y de esa lectura surgieron observaciones, sugerencias o recomendaciones que se comentaron con las autoras y los autores. En nuestro papel de editores, Enrique Martín Briceño y un servidor introdujimos las modificaciones que juzgamos pertinentes en los ensayos, ya sea para hacer más claro algún pasaje, evitar repeticiones, subsanar omisiones involuntarias, desterrar contradicciones o precisar nombres, citas, fechas o números. Sin embargo, en una obra de esta magnitud, pese a nuestro cuidado, son inevitables las erratas, esas indeseables metiches, aunque estamos ciertos de que son escasas. Conviene precisar, por otra parte, que en esta obra aplicamos las reglas ortográficas aprobadas en 2010, de manera que eliminamos acentos en palabras que tradicionalmente lo llevaban (como solo y guion, por ejemplo) y luchamos sin cuartel contra el abuso de las mayúsculas.

Ahora bien. Lo realmente sustantivo radica en el hecho de que siempre respetamos las afirmaciones y conclusiones de las autoras y autores, lo mismo que su particular estilo. Y cuando hubo discrepancias, las discutimos y llegamos a un acuerdo consensuado. En consecuencia, puesto que trabajaron con total libertad corresponde, a las y los ensayistas, el principal mérito. Enrique Martín Briceño y un servidor creemos que todos cumplieron con creces la encomienda, pero, como siempre, nos atenemos al juicio de los lectores. Una acotación más que creo pertinente: los editores actuamos también con absoluta autonomía, de manera que no podemos ni queremos descargar en otros la responsabilidad que nos toca.

Señor Gobernador Rolando Zapata Bello: No quiero terminar mi intervención sin antes externar de nueva cuenta mi agradecimiento a su persona por esta encomienda que ha significado para mí un aprendizaje invaluable en todo sentido. Lo mismo a Miguel Ángel Martínez de la Fuente, por su refinada concepción del arte del diseño editorial que ha quedado plasmada en estos seis tomos; a Kandy Ruiz González por el acopio de imágenes; a los equipos de traductores y digitalizadores encabezados por Gerónimo Can Tec y Eduardo Villarreal Montero, respectivamente; a Jorge Cortés Ancona que nos apoyó en los trámites ante Indautor y en otros menesteres; a Rolando Bello Paredes, Sergio Quezada y Dulce María Sauri Riancho que me acompañaron en esta aventura y me alentaron siempre a seguir adelante, así como a las decenas de instituciones y personas que colaboraron con nosotros de manera entusiasta y desinteresada. Por último, pero no menos importante, a Enrique Martín Briceño, quien me enseñó, con su trabajo dedicado, cómo debe actuar un editor profesional para entregar un producto digno que en este caso específico, y sin falsas modestias, podemos afirmar que no desmerece en absoluto frente a las dos ediciones previas de la Enciclopedia Yucatanense. Aunque en el tomo V de la Bibliografía General Yucatanense figura un índice temático, sí nos faltó uno analítico, de nombres de personas, lugares e imágenes. Ojalá que pronto algún especialista en biblioteconomía se ofrezca a subsanar esta omisión.

Un último apunte: ofrezco disculpas a todas aquellas personas –sobre todo a los ensayistas—por si en alguna ocasión se sintieron acosados, o si percibieron mi trato como descortés o francamente rudo, pero, como dije al principio, la agonía hizo presa de mí en no pocas ocasiones. Es una explicación, no una justificación, conste. Lo importante, empero, es que todos cumplimos y lo hicimos en un tiempo récord. También quiero subrayar la buena y permanente colaboración de Fátima Flores Palacios, Dulce María Sauri Riancho, Gabriel Rolando Zapata Bello y Enrique Martín Briceño, que escribieron las introducciones de los tomos primero, segundo, tercero y sexto, respectivamente.

Como sucedió con las dos ediciones anteriores seguramente surgirán comentarios en pro y en contra, que son saludables, siempre y cuando se enfoquen, como debe de ser, en las características intrínsecas de los trabajos y no en las mujeres y los hombres que los escribieron. La razón es evidente: con lo primero los críticos ayudarían a mejorar las subsecuentes ediciones de esta obra que, como señalé en su oportunidad, debe ser actualizada al menos cada diez años. Con todo, creemos que, más allá de estas manifestaciones coyunturales, será la utilidad que preste a quienes consulten la segunda actualización de la Enciclopedia Yucatanense lo que realmente aquilatará, con el paso de los años, la trascendencia de esta aportación del gobierno de Rolando Zapata Bello a la sociedad letrada del Yucatán del siglo XXI.

Muchas gracias.

Palabras del Coordinador general de la Enciclopedia Yucatanense. Palacio de la Música. Mérida, Yuc., Mex., a 29 de Septiembre de 2018.

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