Por Eliseo Martín Burgos
La princesa Isabel de Austria, más conocida como Sissí, se casó a los 15 con el emperador austríaco Francisco José I, convirtiéndose en emperatriz de Austria y reina consorte de Hungría. Tuvo una propensión a la extravagancia y a la locura, herencia familiar que se agravó por una serie de reveses como el fusilamiento en México de su cuñado Maximiliano de Habsburgo, la muerte de su hermana Sofía, la de su primo y amigo íntimo, el rey Luis de Baviera; su cuñado Luis de Trasi se suicidó, y otras cinco muertes provocadas, de sus familiares cercanos. Entre sus extravagancias resalta el cuidado de su larga cabellera que le llegaba a los tobillos que cuidaba su peluquero, dedicando tres horas diarias para peinarla, cada tres semanas lo lavaba con una mezcla de brandy y huevo y cuando se perdía un cabello, ella se ponía a llorar. A pesar de sus males Sissí murió a los sesenta años.
Antología del Chascarrillo
Segunda Epoca