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Yucatán

En el Palacio de la Música, ilusión y sorpresa para los niños

Víctor Salas

Suenan el tunkul, el rascabuche y las voces infantiles entonando los xtoles. Son niños y adolescentes quienes, a través de la música, se preparan para un futuro de sonidos y armonías, buscando evitar el golpe seco de las acechanzas perversas de estos tiempos signados por el peligro que implica el mundo de las drogas y sus consecuencias humanas.

Mérida no quiere un panorama sombrío para sus hijos y trabaja para evitarlo por todos los ámbitos, desde distintas perspectivas. Este es el caso del sábado 8 de febrero, en el Palacio de la Música, donde a más de cincuenta niños les mostraron –durante cada sábado de un cuatrimestre, a través de un proyecto implementado por la dirección de esa institución musical y la Fundación Cultura Yucatán A.C.–, un nuevo camino en las usanzas del tiempo diario, al llevarlos a las instalaciones de dicho lugar y ponerles entre las manos instrumentos musicales que antes no conocían ni ubicaban, darles el conocimiento nuevo de la música, en un espacio que los sorprendió con sus instalaciones, techos altos y su museo interactivo. De golpe y porrazo, esos pequeños se encontraron con un espacio que les diseñó un nuevo panorama mental, pues como ellos mismo dijeron en un video que se transmitió antes de mostrar sus nuevas habilidades, entraron al confort, a la experiencia impensada, al logro placentero de saber que pueden sacarle sonido igual a la guitarra, al piano que a la clave o el rascabuche. Y entonces supieron que las limitaciones son superables, que el prisma de actividades aleatorias a la vida cotidiana existe y están a su disposición en un lugar que reúne todas las condiciones para su sano y pleno desarrollo humano.

Subido en el escenario, Maleck Abdala Hadad, al mismo tiempo efusivo y emocionado, dio las gracias a los maestros “que desinteresadamente colaboraron con el proyecto”. Dijo: “Gracias a Genny Herrera Puerto, de percusiones; a Teodoro Manzanero y Omar Raúl Pech, en alientos; a Fernando Novelo López en violín, y a Rodrigo Barrera Herrera y Luis Enrique Pérez Álvarez. (Pido disculpas, porque en mi grabación, no se escucha cuáles instrumentos trabajaron estos dos maestros).

Agradeció de manera especial a Roberto Abraham Mafud, quien diseñó el programa educativo con el que enrumbaron a los niños participantes en este programa. De igual manera, dio agradecimientos a Gaby Basulto y asociaciones empresariales que contribuyeron con lo necesario para el desarrollo de estas actividades.

De acuerdo con las palabras que narraron los pormenores del programa educativo, todo estuvo diseñado para no provocar un gasto extra en las familias.

Después David Montañez Rufino habló, en representación de Cultura Yucatán, acerca de sus acciones y convicciones sobre el efecto de la cultura y el arte en una sociedad.

Acto seguido, grupos de niños de diversas edades y con distintos instrumentos hicieron acto de presencia en el escenario y dieron muestras de lo que avanzaron, musicalmente, en el breve tiempo.

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