Síguenos

Yucatán

Tratemos a nuestros prójimos como hijos de Dios

Si tenemos recta intención y somos sinceros ante Dios, el Señor permanecerá en nuestro corazón y en nuestra mente y podremos hacer su voluntad, como hemos pedido en la oración de este domingo, dijo ayer el Obispo Auxiliar, Monseñor Pedro Mena Díaz.

En la misa de confirmación que ofició ayer por la mañana en la Santa Iglesia Catedral, el prelado dijo que el mundo está como está porque no tenemos buena intención y porque hemos expulsado a Dios de nuestra vida.

–Con recta intención y buena voluntad, el Señor hará su trabajo en nuestros corazones para que hagamos su voluntad. La razón de reunirnos el domingo es para celebrar su triunfo, dijo.

–Vemos muchas cosas que han perjudicado a nuestra religión, especialmente la palabra obligación; nos parecemos a los fariseos del Antiguo Testamento que Jesús critica. Quitemos la palabra obligación y celebremos el domingo como el día del triunfo del Señor que por mí entregó la vida, y tengo acceso a la vida eterna y por eso me lleno de gozo y acudo a Él y a la eucaristía, que la recibo para tener la vida de Dios y esa debe ser nuestra motivación y no los preceptos por los preceptos, a no hacer las cosas por obligación, señaló.

Buena noticia

Recordó que la buena noticia que hace Jesucristo es para motivar y buscar lo esencial de nuestra vida cristiana y de nuestra fe; por eso es importante ir meditando y profundizando en cada una de las propuesta que Jesucristo nos va haciendo y de lo que es indispensable y de lo que debe ser una verdadera interpretación de la voluntad de Dios.

–En esa primera parte de estas frases de Jesucristo han oído que se dijo que hay que ver esta ley que Dios dio desde Moisés y que era la ley que iba expresando la voluntad de Dios para con el pueblo de Israel, que era el pueblo elegido para que por su medio llegara el Salvador; pasaron muchos siglos y en el transcurso de estos siglos esa ley fue tomando diferentes interpretaciones y se le fueron agregando otras leyes llamadas secundarias en un lenguaje de ahora.

De tal modo que el pueblo empezó a pensar que en el cumplimiento escrupuloso –porque así escribas y fariseos y doctores de la ley iban enseñando– de estas leyes que habían sido añadidas o interpretadas de un modo parcial y que simplemente había que cumplirlas para que uno pueda ser salvado.

Entonces Jesús llega a ser y así se le considera en el Evangelio de San Mateo, el otro Moisés –el auténtico Moisés, por decirlo de algún modo, el auténtico legislador– y el que va a legislar de tal manera que lo que Jesucristo nos dice eso sí va a tener una validez perenne, permanente, para siempre, eterno y entonces Jesucristo se presenta así: “Han oído que se dijo, pero, yo les digo… ¿y qué es lo que Jesucristo nos ha dicho en el evangelio de hoy? Es peguntarnos cómo se puede atentar contra la vida, ¿sólo matando? Así como lo habían entendido.

–Pero, explicó Monseñor Mena Díaz, Cristo dice no, el maltrato a la persona es también un atentado contra la vida; los conflictos en los que uno sale lesionado, uno se siente victorioso y el otro derrotado; aquel que fue recibiendo injurias, maledicencias y tantas cosas están atentando contra su vida.

Por eso hay que respetar la vida porque así es como hay que entender el mandamiento, porque toda vida viene de Dios y es Dios el que nos va a dar la verdadera intención sobre ese valor de que la vida es sagrada. Tristemente en este mundo que estamos viviendo la vida ha sido degradada y ha ido perdiendo su verdadero valor, porque la han dejado de ver desde Dios; todos los que incitan a la guerra, los que cometen crímenes, los que secuestran, los que promueven el aborto, la han dejado de ver desde Dios y por eso en muchos lugares no para la violencia y se han hecho insensibles.

Por eso Jesucristo nos dice: “Yo quiero que se vuelvan verdaderos hijos de Dios”, porque nos ha creado con sensibilidad a su imagen y semejanza y por eso no somos máquinas para tratar mal al prójimo, y tenemos que ver al otro como hijos de Dios y el mal irá desapareciendo. Pero este mundo se empeña en hacer lo contrario, señaló.

Como ejemplo dijo que hace unos días observó un video donde se dice que la persona no es persona sino hasta que nace, lo que calificó como triste argumento porque uno es persona desde la fecundación.

Día de la Encarnación

Recordó que el próximo 25 de marzo la Iglesia celebra el Día de la Encarnación, es decir, cuando María va a visitar a su prima Isabel, quien le dice: “Quién soy yo para que la madre…”; sensibilidad de Isabel ante María

–Pero hoy somos insensibles y por eso hoy escuchamos tantas cosas sobre la familia y del matrimonio, que sólo nos dejan confundidos y por eso hay que volver a Jesús.

Por eso el Señor nos pide a no mal mirar a las personas, porque de la vista vienen tantos problemas y tantas faltas de respeto a la dignidad de la persona, del matrimonio y las ofensas contra los demás; sí se puede, vamos a vivir con la voluntad de Dios, porque no lo hacemos con nuestras fuerzas sino con la gracia del Señor, concluyó.

(Víctor Lara Martínez)

Siguiente noticia

Ahorcados