Yucatán

En Yucatán, más de 650 mil personas presentan algún trastorno mental

En promedio uno de cada cinco yucatecos ha sido diagnosticado con un trastorno mental.
Problemas familiares, económicos, de salud, escolares y sentimentales disparan este padecimiento
Problemas familiares, económicos, de salud, escolares y sentimentales disparan este padecimiento / Por Esto!

En Yucatán, miles de personas enfrentan un enemigo invisible: los trastornos mentales. La ansiedad, la depresión y el estrés no siempre se ven, pero sus consecuencias son profundas, afectando la vida cotidiana, el trabajo y las relaciones familiares. Según el Observatorio de la Salud Integral, más de 650 mil yucatecos presentan algún trastorno mental, lo que equivale a casi uno de cada cinco habitantes del estado.

Expertos señalan que, aunque la conciencia sobre la salud mental ha aumentado, aún persisten barreras: falta de recursos, escasez de especialistas y estigma social que impide a muchas personas buscar ayuda a tiempo.

En 2024, Yucatán registró la segunda tasa más alta de suicidios en México, con 16.2 casos por cada 100 mil habitantes. La cifra no sólo sorprende, sino que alerta sobre un problema que afecta a todas las edades. Médicos y especialistas coinciden en que detrás de cada número hay una historia de dolor no atendido, de personas que no recibieron apoyo psicológico cuando lo necesitaron.

Los jóvenes y la vulnerabilidad silenciosa

Niños y adolescentes son especialmente vulnerables. Estudios recientes muestran que uno de cada cinco menores en Yucatán ha sido diagnosticado con algún trastorno mental, principalmente ansiedad y depresión. La pandemia de COVID-19 amplificó estos problemas, al interrumpir la vida escolar, generar aislamiento y aumentar la presión familiar.

Programas estatales buscan atender esta necesidad, capacitando a médicos y psicólogos para brindar apoyo psicoemocional en escuelas y comunidades, pero el camino es largo y la demanda sigue creciendo.

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Según datos de la Secretaría de Salud de Yucatán, en 2024 se registraron más de 3 mil 500 casos de depresión en el estado, lo que representa un aumento significativo en comparación con años anteriores. Además, se ha observado un incremento en las consultas por ansiedad, estrés y trastornos relacionados con el abuso de sustancias. Estos datos reflejan una tendencia preocupante que requiere atención urgente.

Cifras que duelen

La depresión es el trastorno más prevalente en la región, afectando principalmente a mujeres. En 2024, Yucatán registró un total de 3 mil 947 casos de depresión, lo que representa un aumento respecto a los 3 mil 138 casos reportados en 2023. La mayoría de los afectados fueron mujeres, con 2 mil 899 casos, mientras que los hombres representaron mil 48 casos.

Le siguen los trastornos de ansiedad, incluyendo el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno de pánico. En 2024, se registraron más de 3 mil casos de ansiedad en el estado, lo que indica un aumento respecto a años anteriores. Este incremento ha sido particularmente notable entre los jóvenes adultos, quienes han experimentado un incremento en los niveles de ansiedad.

El estrés postraumático afecta a quienes pasaron por eventos traumáticos, como violencia o desastres naturales. Aunque las cifras exactas no están disponibles, se reconoce como un problema de salud mental relevante en la región.

También son frecuentes los trastornos del sueño. El insomnio y la apnea del sueño son comunes y están estrechamente relacionados con otros problemas de salud mental. Otro de los males es el trastorno por consumo de sustancias.

El impacto del suicidio

El suicidio es una de las consecuencias más trágicas de los trastornos mentales no tratados. En 2024, Yucatán registró una tasa de suicidio de 16.2 por cada 100 mil habitantes, la segunda más alta del país. Esta cifra es alarmante y refleja la necesidad de implementar estrategias efectivas de prevención y atención. Especialistas en salud mental coinciden en que es fundamental reducir el estigma asociado a la búsqueda de ayuda y fomentar una cultura de apoyo emocional.

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Los niños y adolescentes son especialmente vulnerables a los trastornos mentales. Factores como el aislamiento social, el estrés académico y las presiones familiares pueden desencadenar o agravar problemas emocionales en esta población. Es esencial que padres, educadores y profesionales de la salud trabajen juntos para identificar señales de alerta y proporcionar el apoyo necesario. Programas de prevención y educación emocional en escuelas pueden ser herramientas efectivas para abordar esta problemática.

Barreras en el acceso a la atención

A pesar de la creciente demanda de servicios de salud mental, muchas personas enfrentan obstáculos para acceder a la atención adecuada. La falta de recursos, la escasez de profesionales capacitados y la estigmatización de los trastornos mentales son desafíos que deben superarse. Es necesario fortalecer los servicios existentes, capacitar a más profesionales y promover una mayor sensibilización en la población para reducir el estigma asociado a la salud mental.

Especialistas en salud mental coinciden en que es necesario fortalecer los servicios existentes y promover una mayor sensibilización en la población para reducir el estigma asociado a la búsqueda de ayuda.

La importancia de la ayuda

La Dra. Ana María Rodríguez, psicóloga clínica en Mérida, señala: “La salud mental es tan importante como la salud física. Es fundamental que las personas busquen ayuda cuando la necesiten y que la sociedad en general apoye estas iniciativas”. Por su parte, el Dr. Luis Hernández, psiquiatra infantil, comenta: “Los trastornos mentales en niños y adolescentes a menudo son invisibles. Es crucial que padres, maestros y profesionales de la salud trabajen juntos para identificar y tratar estos problemas a tiempo”.

La situación de la salud mental en Yucatán requiere una atención urgente y coordinada. Es esencial que las autoridades, profesionales de la salud y la sociedad en general colaboren para implementar estrategias efectivas de prevención, diagnóstico y tratamiento. Solo a través de un esfuerzo conjunto se podrá mejorar el bienestar emocional de la población y reducir la incidencia de trastornos mentales en el estado.