
Con entusiasmo y un fuerte sentido de vocación, estudiantes de la Escuela Normal Juan de Dios Rodríguez Heredia comenzaron esta semana su período de prácticas profesionales en primarias ubicadas en comunidades rurales e indígenas.
Esta etapa formativa representa una oportunidad para los futuros docentes, que por primera vez enfrentan el reto de impartir clases reales, en condiciones que exigen capacidad de adaptación, creatividad y sensibilidad intercultural.
En localidades como Actuncoh, normalistas ya se encuentran al frente de grupos que reúnen estudiantes de diversos grados escolares. Tal es el caso de la primaria indígena Alfonso Caso Andrade, donde tres practicantes asumieron la tarea de atender a niños de primero a sexto grado en un mismo salón, diseñando estrategias didácticas que respondan a las diferencias de edad, nivel académico y contexto sociolingüístico.

Noticia Destacada
Acanceh inicia su fiesta guadalupana con la tradicional bajada de la Virgen: estas serán las actividades
“Es un gran desafío, pero también una experiencia enriquecedora. Nos obliga a aplicar todos los conocimientos, y a aprender de la realidad del aula”, dijo Ana Karen G., una de las practicantes.
Las autoridades de la escuela normal destacan que este tipo de prácticas son fundamentales para el desarrollo profesional de los estudiantes, pues les permiten no sólo poner en práctica los conocimientos teóricos adquiridos, sino también construir una mirada más completa sobre las condiciones reales en las que trabaja gran parte del magisterio mexicano.
“Estas escuelas, muchas veces olvidadas, son laboratorios vivientes de enseñanza. Aquí nuestros estudiantes descubren el verdadero sentido de ser maestro”, expresó un asesor académico.

Noticia Destacada
Compañías telefónicas, de internet y televisión por cable lideran las quejas ante la Profeco en Mérida
La práctica tendrá una duración de dos semanas, durante las cuales los normalistas diseñarán e impartirán clases, colaborarán en actividades escolares y recibirán retroalimentación de sus asesores y docentes titulares. Esta es la primera fase de un proceso que se extenderá a lo largo del ciclo escolar con nuevas intervenciones en campo.
Tanto autoridades educativas como maestros en servicio han reconocido el esfuerzo y compromiso de los estudiantes normalistas, que se han integrado con responsabilidad y entusiasmo a las comunidades donde les ha tocado colaborar.
“Verlos trabajar con tanto empeño nos da esperanza. Son jóvenes que realmente quieren marcar una diferencia en la vida de sus alumnos”, comentó el director de una escuela participante.
Con estas acciones, la Juan de Dios Rodríguez Heredia reafirmó su compromiso con una formación docente integral, que prepara a sus egresados no solo para enseñar, sino para transformar.