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Yucatán

En vísperas del Día de Muertos, el Inegi revela que la mayoría de los yucatecos mueren por males del corazón y diabetes

El Inegi dio a conocer la alta incidencia de fallecimientos en Yucatán debido a enfermedades, muertes autoinfligidas y accidentes de tránsito.

Los yucatecos mueren mayoritariamente por enfermedades cardiacas, diabetes y tumores, según el Inegi
Los yucatecos mueren mayoritariamente por enfermedades cardiacas, diabetes y tumores, según el Inegi / Por Esto!

Cada año, cuando el olor del cempasúchil inunda los altares de Día de Muertos y las familias preparan los panes para sus difuntos, Yucatán recuerda con amor a quienes ya partieron. Pero detrás de las ofrendas hay cifras que hablan sin voz: los números de la muerte, los diagnósticos que se repiten, las tragedias que podrían haberse evitado.

En la última década, más de 180 mil yucatecos han perdido la vida, y detrás de cada número hay una historia, un rostro y una ausencia. Durante los últimos diez años las enfermedades no transmisibles –principalmente las enfermedades del corazón, la diabetes mellitus y los tumores malignos– han dominado el panorama mortal en Yucatán, replicando la tendencia nacional.

La pandemia de COVID-19 dejó huellas visibles (aumentos puntuales de mortalidad) y evidenció la fragilidad de sistemas de salud, mientras que las desigualdades sociales –sobrepeso, diabetes no diagnosticada, acceso desigual a servicios médicos– explican en buena medida por qué algunas muertes podrían haberse evitado.

El rostro estadístico de la muerte

Según el más reciente informe de Estadísticas Vitales del Instituto  Nacional de Estad´pistica y Geografía (Inegi) –publicado en septiembre de 2025 con datos del año 2024–, en Yucatán se registraron 19 mil 784 defunciones durante ese año, lo que representa un ligero descenso frente a 2023, cuando se contabilizaron 20 mil 112 muertes.

Las cifras reflejan una estabilización tras el impacto de la pandemia de coronavirus, pero también confirman que las enfermedades crónicas no transmisibles siguen dominando la mortalidad.

El informe detalla que las enfermedades del corazón fueron la primera causa de muerte, con 4 mil 590 casos, seguidas por la diabetes mellitus, con 3 mil 870. En tercer lugar, se ubicaron los tumores malignos (principalmente de mama, próstata y colon) con un registro de 2 mil 130 defunciones.

Tras la llegada de los españoles, dicha costumbre fue prohibida, pero los indígenas continuaron practicándola en secreto

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El patrón se repite desde hace más de una década, pero con una tendencia preocupante: cada vez más casos se presentan en edades más tempranas, producto de hábitos alimenticios, sedentarismo y diagnósticos tardíos.

Después del COVID, el regreso a lo crónico

En 2021, Yucatán alcanzó una de sus cifras más altas de mortalidad en décadas, impulsada por la pandemia. Tres años después, el COVID-19 cayó al octavo lugar entre las principales causas de muerte, con alrededor de 420 fallecimientos en 2024, frente a los más de 3 mil 500 registrados en 2021.

“Ahora lo que enfrentamos es la herencia del COVID: personas con secuelas cardíacas, metabólicas o respiratorias”, explicó un médico del Hospital General “Dr. Agustín O’Horán”.

Sin embargo, el descenso del coronavirus no significó una mejora general de la salud: la diabetes y los infartos regresaron con fuerza, sumando juntas casi la mitad de las muertes en el estado.

Los otros silencios: suicidio y violencia

Más allá de las enfermedades, el suicidio sigue siendo una herida abierta en el mapa social de Yucatán.

El Inegi reportó 271 muertes autoinfligidas en 2024, lo que mantiene al estado entre los primeros lugares del país en tasa de suicidios por cada 100 mil habitantes.

Los municipios con mayor incidencia son Mérida, Kanasín y Valladolid, y la mayoría de los casos corresponden a hombres jóvenes de entre 20 y 39 años.

A ello se suman las muertes violentas y los accidentes de tránsito, que cobraron unos 350 y 480 decesos respectivamente.

Aunque estos decesos representan una proporción menor, su impacto social es profundo: detrás de cada caso hay familias que enfrentan estas pérdidas repentinas, muchas veces evitables.

Un país que envejece… y un estado que lo siente

En Yucatán, el 70% de las muertes registradas en 2024 correspondieron a personas mayores de 60 años.

Agrupaciones invitan a participar en el Altar a Víctimas, el 31 de octubre, en el parque de Santa Ana.

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La expectativa de vida, que ronda los 76 años, sigue por debajo de la media nacional. Sin embargo, lo que preocupa a los especialistas no es sólo cuántos años se vive, sino cómo se vive: las enfermedades crónicas están afectando cada vez a más personas en edades productivas. “Tenemos más hospitales, pero no más salud”, señala un epidemiólogo de los Servicios de Salud de Yucatán. “La prevención sigue siendo nuestro mayor pendiente”.

La muerte también tiene género

Los datos del Inegi muestran diferencias notables entre géneros. Los hombres mueren más por causas externas, como accidentes, homicidios o suicidios. Las mujeres, en cambio, fallecen más a causa de enfermedades crónicas, particularmente diabetes y cáncer de mama o cervicouterino.

De las 19 mil 784 defunciones de 2024, 10 mil 472 correspondieron a hombres y 9 mil 312 a mujeres. El contraste revela que las muertes violentas o súbitas siguen teniendo rostro masculino, mientras que las enfermedades de largo curso y desgaste impactan más a las mujeres.

La estadística detrás del altar

En cada altar de Día de Muertos hay una historia que las cifras no alcanzan a contar.

El abuelo que falleció de un infarto sin atención médica a tiempo; la mujer que perdió la batalla contra el cáncer de mama; el joven que decidió quitarse la vida; la madre que murió de diabetes sin saberlo a tiempo. Los números del Inegi dibujan el panorama, pero la memoria lo humaniza.

En los panteones y en los hogares yucatecos, las velas y los rezos se encienden por ellos, por los 19 mil nombres que ya no están, y por los miles que luchan hoy para no engrosar esa lista el próximo año.

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