
El invierno ya tocó la puerta de Yucatán con un aviso contundente: la Capitanía Regional de Puerto anticipó 48 frentes fríos para la temporada 2025-2026 –faltan 43–, varios de ellos con capacidad de golpear de lleno la Península.
No se trata sólo de cifras: entre noviembre y marzo los nortes podrían poner a prueba la resistencia de comunidades costeras que, desde hace décadas, ven cómo cada temporada el mar se levanta contra su rutina, detiene la pesca, hunde embarcaciones y multiplica los riesgos en tierra firme.
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La proyección oficial marca: cinco frentes en septiembre, cinco en octubre, seis en noviembre, siete en diciembre, seis en enero, cinco en febrero, seis en marzo, cinco en abril y tres en mayo; faltarían 43 de octubre a mayo. En total, apenas dos menos que el promedio histórico de 50 sistemas registrados entre 1991 y 2020. Pero el peligro no está en la estadística: lo que preocupa es la intensidad de los nortes y el impacto que puedan tener sobre el litoral.
Embate constante
La memoria de Yucatán está marcada por estos fenómenos meteorológicos. En archivos coloniales del siglo XVII ya se describía el “temporal de aire norte” que azotaba con vientos gélidos las costas mayas.
En tiempos recientes, basta recordar inviernos como el de 2017, cuando un frente frío hundió más de una decena de embarcaciones en Progreso, o el de 2022, cuando los nortes prolongados dejaron pérdidas millonarias en la pesca de pulpo. En 2023, otro frente provocó apagones masivos y cortes de tráfico marítimo durante varios días. Cada temporada, la Península revive ese ciclo de riesgo.
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Hoy, las comunidades pesqueras saben que un frente frío no es sólo viento fresco, también es oleaje violento, descensos súbitos de temperatura, lluvias torrenciales y la parálisis de actividades que alimentan a miles de familias. Lo mismo ocurre con transportistas, turistas y habitantes de zonas bajas, donde la combinación de mareas y temporales suele terminar en inundaciones.
Riesgos en el mar
La Capitanía Regional de Puerto de Progreso, encabezada por Armando Caballero Vázquez, hizo un llamado a pescadores, cooperativas y puertos a mantener vigilancia constante, atender los avisos de temporal y reforzar sus medidas preventivas. Asegurar cabos, resguardar embarcaciones, proteger instalaciones y planear refugios ya no son sugerencias, sino una urgencia.
Y es que en 2025 el aviso llegó temprano: hasta septiembre ya se habían registrado tres frentes fríos, y para octubre se esperan dos más que abrirán el camino hacia un invierno potencialmente complejo.
En este escenario, los frentes fríos no son sólo un fenómeno atmosférico, sino también un recordatorio de la vulnerabilidad de la Península en un contexto de cambio climático que multiplica riesgos y vuelve más impredecibles los ciclos del mar.