Colectivos de familias buscadoras realizaron este fin de semana un acto en el corazón de Mérida para recordar a más de una veintena de personas cuyo paradero sigue sin conocerse.
En la Plaza Grande colocaron un árbol navideño adornado con fotografías, nombres y fechas de desaparición, una intervención que buscó dar visibilidad a los casos y mantener vivo el reclamo de búsqueda.
Las madres, hermanas y familiares reiteraron que, pese al paso del tiempo, continúan esperando respuesta de las autoridades.
La actividad fue organizada por la Red Rahamim de Prevención y Eliminación de la Trata de Personas en Yucatán, en coordinación con la Red de Madres Buscadoras, cuyos integrantes insistieron en que las instituciones deben redoblar esfuerzos para localizar a sus seres queridos. “Seguimos aquí porque no perdemos la esperanza”, expresaron.
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El encuentro estuvo acompañado por el padre Raúl Lugo, de la parroquia de la Candelaria, quien leyó uno a uno los nombres de las personas desaparecidas inscritos en dos mantas colocadas junto al árbol.
Al finalizar cada lectura, las familias y asistentes respondieron con la frase “Los buscamos porque los amamos”, como recordatorio de la búsqueda ininterrumpida que sostienen desde hace años.
El sacerdote subrayó que la desaparición de personas se ha convertido en una “herida nacional” y llamó a sostener la solidaridad con quienes atraviesan esta incertidumbre.
Como parte del acto, los colectivos presentaron las primeras figuras de “muñecos buscadores” y figurines transparentes con códigos QR, herramientas que permiten a cualquier persona escanear con su teléfono la ficha de búsqueda de cada caso. Se trata de una iniciativa inédita en el país, que busca ampliar la difusión más allá de los carteles impresos, que con frecuencia pasan inadvertidos.
Las familias anunciaron que los llevarán a escuelas y espacios públicos para sensibilizar a la comunidad. Los primeros ejemplares fueron donados por un joven voluntario, Luis, y por la periodista Claudia Arriaga.
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Cada caso, una historia
Entre testimonios y abrazos, varias madres compartieron la situación actual de sus casos. María Lucila Caiuch continúa buscando a su hijo Juan Bautista, desaparecido el 19 de marzo de 2022. “No hay avances, no me informan nada. Él tenía 16 años; su Alerta Amber sigue activa”, lamentó.
María Luz, quien busca a su hija desde 2008, contó que recientemente recibió información de que podría encontrarse en el Estado de México, aunque sin certeza ni explicación. Organizaciones presentes señalaron que el caso podría vincularse con trata de personas, por lo que se brinda acompañamiento especializado.
Rosi Quintal relató que su padre, Ambrosio Hernández, desapareció hace ocho meses en una zona de monte de Terzic: “Las autoridades buscaron apenas una semana. Después seguimos solos, sin una sola pista”.
