
A más de cuatro años del impacto que dejó la pandemia de COVID-19, las tienditas de la esquina en Yucatán continúan siendo un pilar fundamental del comercio local, aunque su supervivencia sigue siendo un reto constante.
De acuerdo con el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (Denue) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), actualmente existen 23 mil 942 establecimientos dedicados a la venta al por menor —abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco— un crecimiento de más de 3 mil nuevos negocios en comparación con 2018, cuando se contabilizaban 20 mil 867.
Sin embargo, detrás de estas cifras alentadoras, el panorama real para quienes operan estas tienditas es complejo y lleno de incertidumbre.
Luis Enrique Contreras Ramírez, representante de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño, Servicios y Turismo (Canacope) en Mérida, explica que el sector vive una dinámica en la que “unas tienditas abren, pero muchas otras cierran”, pues la competencia, el incremento constante de precios y los gastos fijos, especialmente en energía eléctrica, golpean los márgenes de ganancia. “El margen de utilidad en productos populares como los refrescos ha caído del 20% a apenas entre 10 y 12%, y cuando sumamos el gasto de refrigeración, la rentabilidad se reduce aún más”, señala Contreras Ramírez.
Esta realidad se suma al panorama inflacionario: en diciembre de 2023, la inflación anual en México rondó el 4.66%, y productos de alto consumo mantienen aumentos sostenidos afectando directamente a los pequeños comerciantes.

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Una de las estrategias más efectivas para aliviar la carga económica ha sido la adopción de tecnologías de ahorro energético. Entre el 35% y 40% de los afiliados a Canacope, en Mérida y el interior del estado, han instalado paneles solares gracias a convenios con empresas privadas y al programa FIDE, en colaboración con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Estos esquemas de financiamiento permiten adquirir el equipo sin inversión inicial, pagando en un plazo de cinco años mientras generan su propia energía, lo que representa un alivio significativo en los costos mensuales.
Temporadas clave
Además, desde la Canacope se fomenta que los comerciantes aprovechen las temporadas clave del calendario comercial —Día del Niño, Día de la Madre, vacaciones, entre otros— para aumentar sus ingresos y cubrir gastos indispensables como impuestos y servicios municipales.
“Aprovechar estas fechas puede marcar la diferencia para mantener la operación”, apunta Contreras.
No obstante, la competencia desleal sigue siendo una amenaza latente. Algunos negocios operan sin los permisos ni las obligaciones fiscales que sí cumplen las tiendas formales, generando un terreno desigual para quienes se esfuerzan por mantenerse en regla y cumplir con la normatividad.
Según reportes de Canacope Servitur Mérida, aunque el padrón de afiliados ha mostrado un crecimiento moderado tras la crisis pandémica, urge una regulación más estricta que garantice la competencia justa.
Bajan cortinas
La presidenta de Canacope Yucatán, Trinidad Guerrero Jiménez, añade que aproximadamente el 5% de las tienditas en Mérida —unas 20 de las 400 existentes— han cerrado en los últimos meses debido a la insostenibilidad económica. Factores como el aumento de impuestos, servicios y la falta de apoyos han sido decisivos para esta situación.
A pesar de las dificultades, las tienditas siguen siendo vitales para la vida cotidiana de las comunidades yucatecas.
Cada establecimiento que cierra no sólo representa una pérdida económica, sino también un impacto social en barrios y colonias donde estas tiendas funcionan como punto de encuentro y apoyo local. “Proteger al pequeño comercio es proteger nuestras comunidades”, concluye Contreras, con la esperanza de que la innovación y el consumo local puedan impulsar una recuperación sólida y sostenida para este sector.