
En medio del endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos, la comunidad yucateca que radica en California se aferra a sus raíces y mantiene viva la lengua maya como un puente cultural y de apoyo mutuo.
A pesar del clima de tensión, los indicadores son alentadores: solo 14 yucatecos han sido deportados desde noviembre de 2024, informó el Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya (Indemaya). Un número bajo si se compara con el tamaño de la diáspora.
“Están temerosos por la política migratoria, pero están bien. Son personas trabajadoras, honestas, que buscan mejores oportunidades para sus familias”, asegura Fabiola Loeza Novelo, directora del Indemaya.

Noticia Destacada
Ejidatarios de Telchaquillo defienden Mayapán: rechazan la venta de terrenos y exigen coadministración tras 40 años de litigio
Procedentes sobre todo de municipios del Sur del estado —Oxkutzcab, Muna, Ticul, Akil, Tzucacab, Teabo y Tixméhuac—, los yucatecos en EE.UU. han hecho de la organización comunitaria y el uso cotidiano del maya yucateco una fortaleza para resistir la incertidumbre.
“Su lengua materna ha sido una forma de identidad y también de comunicación entre ellos”, señala Loeza.
Apoyo a distancia
El Indemaya, a través de la Subdirección de Atención al Migrante, ofrece asesoría legal, acompañamiento en trámites de identificación y seguimiento en casos de deportación. La mayoría de las repatriaciones, explica la funcionaria, se han dado por antecedentes migratorios previos.

Noticia Destacada
Clausuran tienda asiática en el centro de Mérida por no cumplir con medidas de seguridad
“Los que han sido deportados tenían récord. Algunos salieron voluntariamente y acudieron a nosotros para tramitar su INE o apoyo para mover sus pertenencias, aunque este último punto aún tiene dificultades logísticas”, comenta.
Mientras tanto, el gobierno estatal mantiene comunicación directa con liderazgos en la Bahía de California, donde se concentra la mayor parte de la diáspora yucateca. “La instrucción es clara: atender sin condicionamientos, escuchar y trabajar cerca de la gente”, enfatiza Loeza.