
El Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) ha trabajado de forma continua en el desarrollo de especies modificadas de chile habanero, uno de los condimentos más importantes de la gastronomía típica de Yucatán. Hasta ahora la institución cuenta con cuatro especies diferentes que están disponibles al público, que puede adquirir las semillas para cultivar estos frutos en casa.
Las cuatro especies disponibles, de acuerdo con el catálogo de la Unidad Productora de Semillas del CICY, incluyen las especies Mayan Balché, Kisín, Mayan K’iin y Mayan Chac. Estas cuatro especies forman parte de las desarrolladas por el centro de investigación, también se encuentran registradas para cuidar su origen y denominación. Adicionalmente, la unidad encargada de las semillas también controla su comercialización, tanto para productores como para ciudadanos que buscan adquirirlas.

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En cuanto a las especies, las especificaciones de las semillas señalan que el Mayan Balché se caracteriza por ser una variedad de alto rendimiento y que adquiere un color naranja en su madurez, también se recomienda para uso industrial y consumo fresco. En cuanto a su calificación en la escala Scoville -diseñada para medir el nivel de pungencia-, es de 553,769, lo que lo pone en una escala similar al del habanero tradicional.
Por su parte, la especie Kisín también es designada como de alto rendimiento y de uso preferente para la industria y exportación. Su color en madurez es rojo y la calificación en la escala Scoville llega hasta los 670,325 puntos, superando por un rango considerable a la variedad Mayan Balché.

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Las últimas dos especies de semillas desarrolladas por el CICY son el Mayan K’iin y Mayan Chaac, que se dieron a conocer este año. De acuerdo con la información del centro de investigación, estas dos variantes destacan por la resistencia que ofrecen en las plantaciones y su alto nivel de pungencia, en especial la variante K’iin, que llega hasta un millón de puntos en la escala Scoville.
Finalmente, se informó que estos especímenes ya han pasado por pruebas en escenarios reales en el campo yucateco, y se mantienen análisis constantes para evaluar su rendimiento por parte de los productores locales.