
Con cuatro directores -tres de ellos invitados-, la Banda Sinfónica de Yucatán “Luis Luna Guarneros” ofreció una gala en la que el ensamble recorrió cada uno de los estilos de quienes portaron la batuta durante la noche. La presentación abrió con la intervención del director de la Orquesta del Centro Estatal de Bellas Artes (CEBA) Aarón Sánchez Yerves, quien aperturó con la pieza “Raging Machines” del compositor estadounidense Brian Balmages.
El director huésped compartió con el público su especial cariño por la pieza elegida, ya que se refirió a ella como una composición que transforma a la banda en una máquina y le recuerda a la emoción que sintió al ver por primera vez la película “La Guerra de los Mundos”. Además, recordó como afecto al maestro Luna Guarneros: “El maestro Luna ya no está físicamente con nosotros desde hace 11 años, pero sí está en los corazones de todos nosotros chicos, y en cada una de las notas que van a escuchar a continuación”.
La gala continuó con la intervención del segundo director invitado, Enrique Canabal Ávila, quien fue introducido por el maestro Todor Ivanov, director titular de la banda estatal. El oriundo de Campeche arrancó con tres piezas: “Alvamar” de James Barnes; “Dragons Fly on the Winds of Time” de Larry Neek y “Land of the healing waters” Rossano Galante. Asimismo, extendió su agradecimiento al público presente en el Teatro Armando Manzanero, ya que sin su participación, los músicos no podrían hacer lo que mejor saben hacer.
El último de los directores invitados fue Francisco Gamboa Fierro, quien participó con tres melodías elegidas con precisión, aperturando con “Into the storm” de Robert Smith; seguido de “Temple of the murals” de Brian Balmages -compositor que repetía su aparición con otra pieza- y cerrando con “Fate of the gods” de Steven Reineke, la cual cerró la intervención de los huéspedes con su instrumentación robusta y épica, característica de sus fanfarrias.
El cierre de la gala estuvo a cargo del maestro Todor Ivanov, quien extendió su reconocimiento y gratitud hacia sus colegas directores convocados a participar en la muestra que permitió demostrar la versatilidad de la Banda Sinfónica de Yucatán. El último regalo de la noche fue “Kyrill” del austriaco Otto Schwarz, pieza pragmática que finiquitó la noche con los aplausos del público dirigidos tanto a los cuatro directores participantes como a los más de 30 músicos que compartieron su talento durante la velada.