
Tras varios días de mantenerse al margen, el nivel del río Palizada ha alcanzado el punto de los cinco metros sobre el nivel del mar (msnm), por lo que está a solo 20 centímetros de su nivel crítico de ingreso a la zona terrestre. Por ello, Protección Civil (PC) mantiene activos los trabajos de reforzamiento en las zonas consideradas vulnerables.
Una de las áreas con mayor atención es la comunidad de El Salto, donde se han colocado costales llenos de arena a lo largo de la ribera del río, como parte de una estrategia preventiva para contener posibles desbordamientos.
Las autoridades locales mantienen la vigilancia en el nivel del agua, ya que el nivel de riesgo crítico está en 5.20 msnm. Por lo tanto, aunque no representa un riesgo inmediato, comenzaron con el refuerzo en las zonas limítrofes.
Estas acciones tienen como finalidad reducir el riesgo de inundaciones que podrían afectar gravemente tanto la integridad física como el patrimonio de decenas de familias asentadas en las márgenes del afluente.
El director de Protección Civil, Lázaro Zurita Uc, informó que se trabaja de manera coordinada con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría de Protección Civil (Seproci) para mantener una vigilancia constante y responder de forma oportuna ante cualquier contingencia.
Este esfuerzo conjunto entre los tres niveles de gobierno busca garantizar la seguridad de la población y minimizar los efectos adversos de la temporada de lluvias.
En otro orden de ideas, automovilistas como Alberto Hernández han expresado su preocupación por el deterioro de diversas carreteras a causa de las lluvias, señalando que las vialidades que conectan a la cabecera municipal con Santa Adelaida y la Ribera Gómez se encuentran en malas condiciones.
Aseguró que esta situación representa un riesgo para quienes transitan diariamente, aunque destacó que la vía hacia Santa Isabel presenta mejores condiciones, debido a que fue rehabilitada recientemente.
Por su parte, productores del sector agropecuario, como Alejandro Díaz, han señalado que las lluvias resultaron benéficas para los cultivos de temporada y los árboles frutales.
Además, la actividad ganadera también ha sido favorecida, ya que la abundancia de pasto fresco y la acumulación de agua en los jagüeyes aseguran alimento e hidratación para el ganado.