
En el corazón del recinto amurallado de Campeche, sobre la calle 63 número 48, entre las calles 16 y 18, se encuentra un edificio de fachada sobria que ha sido testigo de profundas transformaciones sociales. Hoy alberga el Archivo Municipal, pero durante más de un siglo funcionó como la cárcel pública de la ciudad. Su historia, marcada por el encierro, la epidemia y la memoria, revela cómo un espacio de represión puede convertirse en un centro de preservación documental.

Noticia Destacada
Dan 21 años de cárcel a hombre por aprovecharse de una menor de 14 años en Campeche
De hospicio escolar a prisión estatal
El inmueble fue construido a principios del siglo XIX con el propósito original de albergar una escuela primaria conocida como “El Hospicio”. Sin embargo, en 1845, el edificio fue adaptado para funcionar como prisión, convirtiéndose en la tercera sede carcelaria de Campeche desde la época virreinal. La decisión de convertirlo en cárcel respondió a la necesidad de contar con un espacio más seguro y adecuado para el confinamiento, luego de que la prisión provisional en el cuartel del Batallón núm. 16 resultara insuficiente. Su arquitectura robusta, con muros gruesos y un garitón de vigilancia, reforzó su aspecto de fortaleza, acorde con su nuevo uso.
138 años de encierro: la vida tras los muros

Durante 138 años, de 1845 a 1983, el edificio funcionó como prisión estatal. En sus celdas se vivieron episodios de hacinamiento, enfermedad y represión. En 1833, incluso antes de su traslado al Hospicio, los presidiarios fueron liberados anticipadamente por decreto del Congreso de Yucatán, en reconocimiento a su labor durante la epidemia de cólera morbo que azotó la región. La cárcel fue testigo de transformaciones políticas y sociales, y su historia quedó registrada en documentos del Ayuntamiento y en estudios del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que realizó una exploración arqueológica y restauración entre 1993 y 1994.
En 1983, con la inauguración del moderno Centro Penitenciario de San Francisco Kobén, ubicado al noreste de la ciudad, el antiguo edificio dejó de funcionar como cárcel. Años después, tras su restauración, fue entregado al Archivo Municipal de Campeche, que hoy resguarda documentos históricos, administrativos y culturales de gran valor para la ciudad.
Qué guarda y para qué sirve hoy

Actualmente, el Archivo preserva y organiza fondos históricos municipales que abarcan desde los siglos XVIII al XX, pone a disposición del público acervos documentales y soporta la gestión administrativa del Ayuntamiento, integrándose activamente a la Red Nacional de Archivos identificada por la Secretaría de Cultura y el Archivo General de la Nación. Su función es doble: por un lado, garantiza el acceso a la memoria institucional de Campeche; por otro, fortalece la transparencia y la eficiencia documental en el ámbito gubernamental.
El archivo está abierto al público de lunes a viernes, de 10:00 a 16:00 horas, y se ha convertido en un espacio de consulta, investigación y preservación de la memoria local. Su transformación es un ejemplo de resignificación patrimonial: de un sitio de encierro a un centro de conocimiento.