
En pleno corazón del Centro Histórico de Campeche, entre las calles 16 y 43, se alza una antigua casona que guarda una de las leyendas más escalofriantes del estado: la historia de Marqués, el perro que enfrentó a una bestia infernal para salvar a una niña.
Corría el siglo XVI cuando Don Tristán de Villanueva, un hombre ateo y temeroso de la religión, vivía con su esposa Eugenia y su hija Ofelia. La pequeña, de apenas tres años, tenía una conexión especial con Marqués, un sabueso de aspecto feroz pero noble corazón. Se decía que la niña hablaba con él como si el animal pudiera entenderla.
Una noche, los ladridos desesperados de Marqués alertaron a la familia. Al llegar a la habitación de Ofelia, Don Tristán presenció una escena aterradora: el perro enfrentaba a una criatura monstruosa de ojos rojos y colmillos ensangrentados que intentaba atacar a la niña. Aunque Marqués fue brutalmente herido, no se rindió. Su valentía logró ahuyentar a la bestia, pero el precio fue su vida.
Este acto de heroísmo transformó a Don Tristán, quien reconoció el poder de la fe y mandó esculpir dos estatuas de Marqués en la azotea de su casa. Hoy, esas figuras siguen vigilando la esquina, recordando a todos que incluso en la oscuridad más profunda, el amor y la lealtad pueden vencer al mal