
Si bien la sequía no favorece al hato porque seca los pastizales y escasea el agua, las lluvias también representan un problema debido a que los terrenos de la región de Sabancuy se inundan por estar en zona baja y existe el riesgo de que los animales mueran ahogados, manifestaron productores de la Villa.
Los ganaderos esperaban con ansias la temporada de lluvias para que sus jagüeyes se llenen de agua y la pastura comience a crecer; sin embargo, muchos terrenos se encuentran en zonas bajas que, cuando llueve mucho, se inundan y ponen en riesgo a las vacas.
Enrique Díaz Heredia mencionó que la mayoría de los pastizales de Sabancuy albergan ganado la mayor parte del año porque es importante mantenerlos cerca y proporcionarles alimento y agua. “En temporada de sequía escasea el agua y debemos mantener a los animales cerca para poder atenderlos”, recalcó.

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El productor recalcó que en temporada de lluvias, que es buena para la pastura, el problema viene cuando se inundan los terrenos, lo que complica la situación para los ganaderos, quienes deben arriar al hato a zonas altas para evitar que se atasquen en el lodo, aunque es difícil moverlos porque no se les puede alejar de su territorio.
“No se puede hacer nada contra la naturaleza, es por eso que los productores tenemos que estar pendientes de los animales para que no los vaya a encerrar el agua en las partes bajas y se ahoguen”, expresó Díaz Heredia.
Sin embargo, agregó que por el momento las lluvias han sido de gran beneficio porque mantienen los jagüeyes llenos, ha empezado a crecer la pastura y los animales recuperan peso, aunque no se descartan los nortes.
“Al mejorar la calidad de vida de las reses, el precio de venta aumenta, así que solo hay que adaptarse a cada ciclo del año para mantener vivos a los animales”, concluyó.