
La temporada de calor aún no acaba para los panaderos locales y es que, aunque se han registrado algunos días con lluvias, sus ventas continúan a la baja y en estas últimas semanas descendió un 25 por ciento más de lo ya reportado. A decir de Juan Carlos García López, panificador local, el costo del pan ha tenido mínimas variaciones y, pese a ser barato y rendidor, el calor evita que la gente lo consuma.
Para la comunidad, la actividad de la panificación es importante, se trata de un alimento que, aun cuando es considerado de consumo poco saludable, es esencial para muchas familias al ser rendidor, mientras que para el sector restaurantero es parte de un insumo, especialmente para el comercio ambulante que vende tortas.

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A diferencia del pan salado como bolillos, teleras, medias noches o barras, las piezas de pan dulce no suelen venderse tan fácilmente. Aunque hay personas que acostumbran a desayunar café con pan, las altas temperaturas que se han experimentado desde hace meses han impactado en esta actividad.
La venta de pan dulce andaba en un 60 por ciento aproximadamente desde que inició la temporada de calor, pero en estas últimas dos semanas, con el regreso de las altas temperaturas y el inicio de clases, los panaderos vieron un descenso adicional del 25 por ciento.
En cuanto a los precios, García López señaló que, pese al incremento en el costo de insumos como azúcar, harina, mantequilla y huevos, se ha mantenido un margen accesible. El pan francés y las piezas tradicionales de pan dulce se ofrecen en promedio a nueve pesos, mientras que las especialidades tienen un costo ligeramente mayor.
“Hasta ahora hemos tratado de sostener un precio adecuado para que las familias sigan comprando. Sí ha habido ajustes, alrededor de cinco pesos en algunos casos, pero buscamos mantenernos dentro de lo razonable. Lo más barato es un bolillo; sabemos que con frijol se hacen molletes y ya comiste. Está difícil la situación y las familias buscan alternativas, por eso no compran tanto pan dulce”, comentó.
Hasta ahora los panaderos ajustan su actividad para que la baja de ingresos no impacte en la nómina, evitando más desempleo del que ya se refleja en la ciudad. El administrador confió en que, con la llegada de un clima más fresco y las festividades en puerta, los panaderos locales puedan recuperar parte de lo perdido desde hace meses como consecuencia del calor.