El Museo del Louvre, uno de los recintos culturales más visitados del mundo, permanece cerrado después de que sus trabajadores votaran “por unanimidad” mantener la huelga iniciada por inconformidades laborales y de mantenimiento de las instalaciones.
La decisión se tomó en una asamblea general realizada este lunes 15 de diciembre de 2025, a la que acudieron alrededor de 400 empleados, cifra que los sindicatos calificaron como “histórica”.
Desde primera hora del día, la cuenta oficial del Louvre informó que el museo permanecería cerrado debido al movimiento social, dejando a miles de turistas sin la posibilidad de acceder a obras emblemáticas como La Gioconda.
Sindicatos exigen garantías y cuestionan el uso del presupuesto
De acuerdo con dirigentes sindicales, entre ellos Christian Galani, representante de la CGT, las actuales condiciones impiden reabrir el museo con normalidad.
Aunque la ministra de Cultura, Rachida Dati, prometió frenar los recortes presupuestarios, los trabajadores denuncian que no existe certeza de que esos recursos se destinen a mejorar las condiciones laborales y el mantenimiento cotidiano del recinto.
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Élise Muller, del sindicato SUD, advirtió que el levantamiento del paro dependerá de recibir “garantías claras y a la altura de los retos”. Los sindicatos acusan a la dirección, encabezada por Laurence des Cars, de priorizar grandes eventos y proyectos de renovación por encima de la rehabilitación estructural y la operación diaria del museo.
Turistas, entre la decepción y el apoyo al paro
Fuera de la icónica pirámide de cristal, decenas de visitantes se toparon con la sorpresa del cierre total. Turistas de distintos países relataron su frustración al perder la oportunidad de conocer uno de los museos más famosos del mundo durante estancias cortas en París.
Visitantes españoles y estadounidenses consultados señalaron su decepción por el cierre, pero algunos se mostraron comprensivos con las demandas del personal, al considerar que una institución de la relevancia del Louvre debe garantizar condiciones dignas para quienes la mantienen en funcionamiento.
Mientras continúan las negociaciones entre sindicatos, dirección del museo y autoridades francesas, el cierre del Louvre se mantiene como un símbolo del conflicto entre la promoción cultural y la necesidad de invertir en el mantenimiento y el trabajo detrás de uno de los principales íconos turísticos del planeta.
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