Una noche mágica se vivió en Santa Clara, California, donde la Selección Mexicana confirmó su categoría como potencia continental al superar a Honduras por 1-0 en una semifinal épica de la Copa Oro 2025. El Levi's Stadium se convirtió en territorio azteca con más de 70 mil aficionados que presenciaron el pase histórico del Tricolor a su cuarta final consecutiva.
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Raúl Jiménez se erigió como héroe nacional al anotar el gol definitivo que selló el boleto hacia la disputa del título ante Estados Unidos, equipo que avanzó tras vencer a Guatemala en la otra semifinal.
La victoria azteca no fue sencilla, ya que Honduras implementó una estrategia de juego físico que complicó el desarrollo futbolístico durante gran parte del encuentro.
Los primeros 45 minutos se caracterizaron por un juego extremadamente físico por parte de los centroamericanos, quienes utilizaron las faltas constantes como arma táctica para desestabilizar el ritmo mexicano.
Gilberto Mora, el joven talento de Xolos de Tijuana, se convirtió en el principal objetivo de la agresividad hondureña, recibiendo múltiples faltas que buscaban intimidar su creatividad en el mediocampo.
El equipo dirigido por Aguirre experimentó dificultades para generar ocasiones claras de gol durante esta etapa inicial, manteniéndose el marcador en empate sin anotaciones.
Segundo Tiempo: La Transformación
El intervalo marcó un punto de inflexión decisivo. El técnico Vasco Aguirre logró motivar y reorganizar a sus jugadores, quienes regresaron con una mentalidad completamente renovada.
México abandonó el juego físico que Honduras intentaba imponer y se concentró en desplegar su calidad futbolística natural, mostrando la superioridad técnica que caracteriza al futbol azteca.
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El Gol Que Cambió Todo
Al minuto 50, Gilberto Mora demostró su clase y resistencia mental. Sin intimidarse por las agresiones recibidas, el mediocampista tijuanense orquestó una jugada brillante que culminó con el gol de Raúl Jiménez.
La anotación desató la euforia de los miles de seguidores mexicanos que abarrotaron las tribunas del Levi's Stadium, convirtiendo Santa Clara en una extensión del territorio nacional.
México continuó presionando y logró anotar un segundo tanto a través de Edson Álvarez, sin embargo, el VAR anuló la anotación por posición adelantada, manteniendo la ventaja mínima.
Los minutos finales generaron tensión cuando Aguirre decidió sustituir a Gilberto Mora. Esta modificación táctica afectó el control del juego mexicano, permitiendo que Honduras intensificara su búsqueda del empate.
Los catrachos aprovecharon las dificultades mexicanas para mantener la posesión y generaron algunas aproximaciones peligrosas, poniendo a prueba la resistencia del Tricolor en los momentos decisivos.
Sin embargo, la experiencia y calidad del equipo azteca prevalecieron, resistiendo los embates finales y asegurando el pase a la gran final.