Marta Núñez Sarmiento*
IX
Los estudios de caso se clasifican en tres categorías de acuerdo a los propósitos que persigan los investigadores: intrínsecos, instrumentales y colectivos. Estas distinciones son puramente ilustrativas porque en la práctica se entremezclan.
En el estudio de caso intrínseco el investigador penetra un solo caso para comprenderlo. Al científico no le resulta imprescindible que el evento seleccionado represente a otros, ya que persigue que este “cuente” su historia lo más detalladamente posible. Me atrevo a decir que el estudio de caso intrínseco no ha servido solamente como fuente de información para escribir una obra científica, sino también ha resultado útil para conferir realismo a una novela testimonial. Así clasificaría yo la Biografía de un cimarrón (1966), del poeta y antropólogo cubano Miguel Barnet, y Hasta no verte Jesús mío (1969), de la novelista y periodista mexicana Elena Poniatowska.
Barnet anotó los recuerdos del casi centenario Esteban Montejo, quien nació esclavo, huyó de sus amos para convertirse en “cimarrón”, integró las filas del ejército independentista cubano que luchó contra el dominio español y sobrevivió en la república neocolonial. La narración es simple y este tipo de estudio de caso ayudó a recuperar la memoria de quienes el demógrafo cubano Juan Pérez de la Riva bautizó como “la gente sin historia”. La voz del cimarrón Esteban Montejo recupera pormenores supuestamente intrascendentes de la cotidianidad de las personas olvidadas que protagonizaron los acontecimientos históricos generalmente conocidos solo a través de las voces y de las acciones de sus líderes. En su testimonio discreto afloran esas personas ignoradas en los textos de historia que nos permiten conocer sus modos de vida entre finales del siglo xix cubano y el año 1963. La obra Cimarrón fue publicada en 1966, ocho años después del triunfo de la Revolución y constituyó una de las primeras alertas que hicieron los intelectuales cubanos sobre la imperiosa necesidad de luchar contra el racismo.
En Hasta no verte Jesús mío, Elena Poniatowska recurre a sus entrevistas con Josefina Bórquez para crear a Jesusa Palancares, el personaje central de su novela. A través de las voces de Josefina y de la propia Poniatowska, Jesusa cuenta la vida de una mujer pobre que se une con su marido a las tropas de la Revolución mexicana con las que recorre el país. El final de la Revolución la encuentra viuda a las puertas de la capital, donde recomienza su vida de pobreza trabajando como obrera en una fábrica y luego como sirvienta doméstica. La ayuda a sobrevivir su enorme espiritualidad en la que amasa la religión católica con las creencias populares ancestrales del pueblo mexicano. Poniatowska nos enseña cómo convirtió los testimonios de una mexicana “sin historia” en una novela cuasi testimonial que relata momentos cruciales de la historia mexicana del siglo xx contados por una de esas mujeres borradas de la memoria.
Decidí calificar estas dos obras literarias como ejemplos de estudios de caso intrínsecos para demostrar cuánto tuvieron que indagar los autores para escribirlas con el fin de trasmitir lo más fidedignamente posible a sus lectores momentos de las historias de sus países. Pecaría de dogmática si muestro estas tres categorías como compartimentos incomunicados, nada de eso. Reconozco solamente que estas clasificaciones nos permiten familiarizarnos con las reglas que debemos seguir en cada una de ellas para conferir validez a nuestros hallazgos, para nunca olvidar que la objetividad científica no existe en las ciencias sociales y lo necesario que resulta mantener el difícil balance entre el compromiso y el distanciamiento.
La segunda categoría en que suelen clasificarse los estudios de caso es la instrumental. En ella quienes investigan toman un caso particular con el objetivo que les provea explicaciones o simplemente les sugiera atisbos que contribuyan a entender un tema que están indagando a profundidad. Se denomina instrumental porque a medida que el investigador observa todas las peculiaridades del caso, desde las más sencillas hasta las más complicadas, convierte al evento en un instrumento que contribuye a que el estudioso encamine sus pasos hacia la lógica que explica fenómenos similares al caso escogido, pero que son más complejos. Podría considerarse que el estudio de caso instrumental es una llave que abre las puertas para conocer a profundidad situaciones análogas.
Ejemplificaré la utilidad de esta categoría del estudio de caso con la avalancha de informaciones sobre el supuesto levantamiento militar dirigido por Juan Guaidó contra el presidente Nicolás Maduro que inundó las transnacionales de la información y las redes sociales el 30 de abril de este año. Si les aplicamos el análisis de contenido en ese solo día, tendríamos un estudio de caso instrumental que añadiría nuevos conocimientos al fenómeno de las fake news o noticias falsas que trastornan totalmente la verdadera esencia de los hechos. En el hemisferio occidental, las personas que nos interesamos por los acontecimientos en Venezuela nos despertamos con las noticias que las fuerzas armadas venezolanas se insubordinaron a su comandante en jefe, el presidente de la República. El autoproclamado presidente Juan Guaidó aparecía en imágenes rodeado de militares arengando a los ciudadanos a que se lanzaran a las calles a manifestarse en contra del “régimen”, lo que, de hecho, llamaba a desatar las sangrientas “guarimbas”. Trasmitía la impresión que encabezaba una poderosa rebelión. Pero como en Cuba vemos la cadena de TV Telesur, comencé a seguir los acontecimientos por ella sin dejar de buscar en internet lo que decían los grandes medios transnacionales como la BBC, Fox News y la CNN. Por supuesto, estos medios corporativos inyectaron en las mentes de quienes los consultaban la impresión que el golpe de Estado era inminente y que Maduro caería con toda seguridad. La reducida teleaudiencia con acceso a Telesur pudo ver al ministro de Defensa y jefe de las Fuerzas Armadas, Vladimir Padrino, rodeado de su Estado Mayor informando que el levantamiento sucedió solo en una unidad militar de Caracas, que Guaidó había huido y que la situación estaba controlada. Nada similar había ocurrido en el resto del país. Sin embargo, las transnacionales de la información reelaboraron estos hechos para ocultar lo que realmente sucedía. Lanzaron las declaraciones del secretario de Estado de EE. UU. Mike Pompeo que él mismo resumió en la entrevista que concedió a CNN por la noche. Reconoció que su gobierno ha apoyado resuelta y permanentemente a Guaidó y a la Asamblea Nacional a lo largo de sus confrontaciones con Maduro; aseguró que Maduro tenía un avión en la pista del aeropuerto para dirigirse a Cuba y que los rusos lo convencieron que no lo hiciera; manifestó que altos dirigentes del Presidente les habían asegurado a los dirigentes opositores que ellos respaldaban la idea que mantenía EE. UU. que Maduro tenía que marcharse; que el gobierno de EE. UU. les ha comunicado a los dirigentes de Cuba y Rusia que los militares cubanos que se mantienen en Venezuela tienen que irse; que a pesar de conocer que los rusos tienen misiles nucleares en Venezuela, Trump está decidido a llevar a cabo todas las opciones para que los cubanos se retiren y para que Maduro se vaya, incluyendo las acciones militares. Cuando el periodista de la CNN le pidió que aclarara cuáles eran las fuentes que aseguraban que había militares cubanos en Venezuela, Pompeo relacionó que eran de distintos tipos, desde simples ciudadanos hasta dirigentes militares y miembros de la Asamblea Nacional. Insistió en que la Ley Helms-Burton entraría en pleno vigor el 2 de mayo para asestar un golpe mortal a la dictadura cubana, porque es la máxima responsable de los males que azotan a los venezolanos. El periodista le preguntó qué haría el gobierno de EE. UU. si Maduro decidía volar hacia Cuba, a lo que Pompeo espetó “…él (Maduro) conoce nuestras intenciones”, sin aclarar en qué consistían pero confiriendo a sus palabras una nota amenazadora al estilo de los videojuegos de extrema violencia que pululan en las redes.
El asesor de Seguridad Nacional John Bolton declaró a la CNN que aquellos altos dirigentes militares que rodean a Maduro y aseguraron a los líderes opositores que este abandonaría su cargo para proceder a una “transición pacífica” tenían el deber de hacer pública sus posiciones.
Poco después del mediodía Trump tuiteó: “Si las tropas y las milicias cubanas no CESAN de inmediato operaciones militares y de otro tipo con el fin de causar muerte y destrucción a la Constitución de Venezuela, se impondrá a la isla de Cuba un embargo total y completo junto a sanciones al más alto nivel. ¡Esperamos que todos los soldados cubanos retornen a su isla rápida y pacíficamente!”.
Hasta aquí este ejemplo de un estudio de caso instrumental con tres declaraciones de los más altos dirigentes de la política exterior de EE. UU. hacia Cuba en 24 horas, que sirve como una “llave” que abre las puertas a un estudio profundo de la guerra mediática con fake news, la más reciente variante de operaciones guerreristas que actualmente emplea el gran hegemón hacia los países que no se le subordinan gracias a que controlan prácticamente la totalidad de los medios de comunicación del mundo.
Continuaré conversando acerca del método del estudio de caso, del que tanto se habla y tan poco se conoce cómo emprenderlo seriamente.