Síguenos

Última hora

Asaltan Farmacia Guadalajara en Candelaria: Se llevan 6 mil pesos; sospechan autorobo

Internacional

Embestida fundamentalista

Alfredo García

En medio de la campaña presidencial de Estados Unidos en febrero de 2016, la propuesta del principal aspirante a la candidatura republicana, Donald Trump: “Levantar un muro en la frontera con México”, recibió una fuerte crítica del Papa Francisco: “Quien levanta muros no es cristiano”, sentenció el Santo Padre.

Dos años después, una denuncia del arzobispo y ex nuncio en Washington, Carlo Maria Vigano, contra el Papa Francisco acusándolo de encubrir los abusos sexuales del cardenal norteamericano, Theodore McCarrick, trae a la superficie la subterránea lucha de la ultraderecha norteamericana y europea contra las ideas humanistas del líder de la Iglesia Católica, notorio por su humildad, preferencia por los pobres y marginados, así como el compromiso de diálogo con personas de diferentes orígenes y credos.

El momento escogido para la insólita denuncia, se produjo tras el golpe sufrido por la Iglesia norteamericana por el escándalo de un informe del Gran Jurado sobre los abusos cometidos por 300 “sacerdotes depredadores” de Pensilvania, EU, contra más de mil menores que fueron encubiertos por la Iglesia. Unos 30 obispos (24 en EU) han manifestado su adhesión a la denuncia.

La historia moderna de la Iglesia no registra precedente de una acusación tan grave contra un Papa, como el encubrimiento de abusos sexuales con argumentos ideológicos y homofóbicos para exigir su renuncia, lo que sugiere un gigantesco complot más político que religioso procedente de la Iglesia de EU, tras varios años de coordinar la oposición global al actual papado.

Vigano es conocido por su carácter propenso a las intrigas y larga experiencia en conspiraciones. Alcanzó notoriedad por su participación en el escándalo Vatileaks, en enero de 2012, cuando desde su cargo de secretario general de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano, filtró documentos secretos que involucraban a la Santa Sede en casos de corrupción. En esa ocasión, Vigano solicitó al Papa no ser transferido, tras los diversos actos corruptivos en los que estaba implicado.

Trascendió que el centro de la guerra contra el Papa Francisco, procede de la corriente fundamentalista de la Iglesia norteamericana vinculada al sector ultraderechista republicano del Tea Party presidido por el cardenal, Raymond Burke, y quien fue primer consejero de la nunciatura de EU, el francés, Jean-Francois Lantheaume. La causa es el resentimiento frente a las reiteradas denuncias procedentes del Vaticano, sobre el racismo, la represión contra la inmigración indocumentada y las desigualdades sociales.

Según expertos, la guerra contra el Papa Francisco es provocada más por intereses políticos-económicos que religiosos. La Iglesia norteamericana que respalda al presidente, Donald Trump, y la Iglesia europea con nostalgias facistoides, han hecho causa común contra el humanista Papa, lo que no incluye las iglesias latinoamericanas, africanas o asiáticas que apoyan la revolución evangélica del Santo Padre.

Como digna respuesta, el Papa expresó en la homilía matinal de Santa Marta; “Callar y rezar, es la única respuesta. No sirve nada más, frente a quien provoca el escándalo y las divisiones, frente a los perros salvajes que buscan la guerra y no la paz”. La embestida de la ultraderecha norteamericana y europea contra el Papa Francisco no sorprende. El Santo Padre es el primer sucesor de Pedro que se despoja de lo mundano de la Curia Romana y abre las puertas de la Iglesia a los pobres y marginados, los mismos a los que Jesús priorizó en su atención.

Siguiente noticia

Apoyo al Papa Francisco