
La administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puso en marcha un nuevo centro de detención para migrantes ubicado en medio de los Everglades, uno de los humedales más grandes y emblemáticos del país, conocido por su alta concentración de caimanes.
El complejo, apodado por las autoridades como Alligator Alcatraz, tiene capacidad para albergar a cinco mil personas y ha sido presentado como parte de las medidas de control migratorio impulsadas por el gobierno federal.
Durante la ceremonia inaugural, Trump resaltó las características del entorno natural donde se construyó el centro de detención.
Incluso, bromeó sobre la presencia de caimanes, en alusión a comentarios previos que ya había hecho en el jardín de la Casa Blanca, donde sugirió utilizar elementos naturales como barrera disuasoria en temas migratorios.

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Donald Trump ordena reabrir la prisión de Alcatraz para alojar a los criminales más violentos
El nuevo recinto está rodeado de humedales de alto valor ecológico, con una gran diversidad de fauna y flora.
La ubicación ha generado críticas por parte de organizaciones ambientalistas y defensores de derechos humanos, quienes advierten tanto de los riesgos para los migrantes como de los posibles impactos ambientales.
Además de Alligator Alcatraz, las autoridades de Florida avanzan en la construcción de otro centro de detención en las cercanías de la ciudad de Jacksonville, como parte del plan estatal para ampliar la infraestructura de control migratorio.
Este tipo de medidas ha intensificado el debate en torno a la política migratoria de Estados Unidos, particularmente por las condiciones en las que se mantiene a los migrantes y las implicaciones que este tipo de prisiones tienen para los derechos humanos y el medio ambiente.
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