
El gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este viernes una nueva medida que busca endurecer su política migratoria mediante multas económicas a los inmigrantes sin estatus legal que permanezcan en el país tras recibir una orden de deportación.
De acuerdo con la norma publicada en el Registro Federal, los extranjeros que incumplan intencionalmente una orden de deportación enfrentarán una multa de hasta 998 dólares diarios, como parte de una estrategia para presionar su salida voluntaria de Estados Unidos.
Multas para quienes ignoren órdenes de salida
La medida, impulsada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en conjunto con el Departamento de Justicia (DOJ), también contempla sanciones económicas que van de mil 992 a 9 mil 970 dólares para quienes no cumplan con una orden de salida voluntaria.
Asimismo, quienes intenten ingresar o hayan ingresado ilegalmente al territorio estadounidense se enfrentarían a multas que oscilarían entre 100 y 500 dólares.

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Cambios en notificaciones y plazos
La nueva regla elimina el plazo de 30 días de aviso previo, que actualmente debe otorgar el gobierno a los migrantes antes de imponer sanciones económicas.
A partir de esta modificación, los avisos de multa podrán ser enviados por correo postal, y se agilizará el proceso para impugnar dichos castigos.
“La ley no se aplica sola. Deben existir consecuencias por violarla”, aseguró la subsecretaria del DHS, Tricia McLaughlin, quien además exhortó a los migrantes a utilizar la aplicación CBP Home para iniciar un proceso de salida voluntaria antes de ser sancionados.
ICE ya comenzó a emitir multas
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) reactivó la imposición de multas el pasado 13 de junio, con cerca de 10 mil notificaciones de sanciones emitidas hasta la fecha.
Cabe señalar que, por ley, la Casa Blanca deberá permitir un periodo de comentarios públicos antes de que la norma entre en vigor de forma definitiva.
Sin embargo, la medida ya genera polémica y es considerada un nuevo escalón en el endurecimiento de la política migratoria estadounidense bajo la administración de Trump.
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