Por Yolanda Gutiérrez
Mientras las agencias de viaje establecidas se enfrentan al pago de todo tipo de impuestos, renta de los locales que ocupan y, en caso de quienes laboran en plazas comerciales, las cuotas de mantenimiento, existen vivales que instalan en plena vía pública precarios módulos en los que ofrecen al turismo, la mayor parte de las veces sin precios a la vista o, en su defecto, solamente en dólares, todo tipo de actividades, sin garantía alguna para los clientes, que pueden resultar estafados.
Motivo por el que propietarios y encargados de agencias de viaje establecidas exigen a las autoridades competentes, concretamente Comercio en Vía Pública y Fiscalización, que de una vez tomen cartas en el asunto y retiren de la vía pública los módulos de venta de tours, que representan una clara competencia para quienes sí están en regla.
Por lo general las agencias de viaje se encuentran en el interior de las plazas comerciales, mientras que los módulos se ubican en la calle, motivo por el cual a sus operadores les resulta mucho más sencillo atraer a los turistas y ofrecerles sus servicios.
También se dan casos de agencias establecidas que, sin pena, instalan en la vía pública, a un costado de sus negocios, este tipo de módulos, que además de generar una mala imagen en la avenida, ocupan parte de la vía pública, aunque algunos de quienes adoptan este sistema cuentan con el aval del municipio y pagan por ocupar el pedazo de banqueta.
Los empleados de los módulos de “información turística” acosan a los visitantes que caminan por el bulevar Kukulcán e intentan venderles sus servicios de modo insistente, y en ocasiones incluso los persiguen, hasta que el turista, de plano, les dice que no está interesado.
Se habló con el propietario de una agencia de viajes establecida, quien señaló que el mayor problema “son los módulos que se ponen en cualquier parte, al amparo de las autoridades que no hacen nada para evitarlo”.
Recordó que en administraciones anteriores se implementaron operativos para retirarlos de la vía pública con muy buenos resultados, pero tiene al menos cinco años que no se lleva a cabo ninguno.
“Nos afectan mucho los módulos porque como están en la calle, agarran al turista mientras va a la playa, a comer, a divertirse, a donde sea, mientras que nosotros tenemos que esperar a que se acerquen y pregunten por nuestros servicios, de ahí que algunos hemos decidido también sacar un módulo, para estar más cerca de la gente, expresó Mariano Torres, encargado de una agencia de viajes, quien agregó que si bien es cierto que se han retirado varios módulos que por años estuvieron instalados a la entrada de algunos hoteles, al paso del tiempo y con los cambios de administración, se permitió la apertura de otros más, inclusive del lado de la laguna.
Se habló también con el propietario de otra agencia de viajes, quien además de plantear la misma situación, expresó que la mayor parte de los módulos no tienen los precios a la vista o los tienen en dólares, lo que en un momento dado puede dar pie a que sus responsables cobren al turista lo que consideren oportuno, tanto por encima como por debajo del costo promedio de un tour.
“Además y esto es realmente serio, muchos módulos no ofrecen solamente tours sino que quienes los manejan los usan de tapadera para vender droga a los turistas y a los mismos trabajadores, creo que ya tienen hasta sus clientes habituales, incluso pienso que las autoridades lo saben, pero también saben quién está detrás y prefieren dejarles trabajar por la paz”.