En Quintana Roo hay más de 48 mil 667 niños entre cero y 5 años que, por razones desconocidas, no cuentan con espacios de guardería o no acuden a preescolar, lo que representa una alerta roja, afirma la sicoterapeuta infantil, Carolina Recillas.
“Creo que sería conveniente que las empresas ya tuvieran como requisito aquí en Quintana Roo contar con guarderías personalizadas para su personal, ya que el Infante está siendo abandonado y está haciendo víctima de violencia emocional por el desapego emocional en la falta de sus padres en casa”, precisa.
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En la entidad, de las 397 mil 906 mujeres trabajadoras registradas por el INEGI, 276 mil 146 son madres. Mientras que la población de entre cero a cinco años, es de 168,400.
De acuerdo con reporte del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Quintana Roo se ubica en último lugar nacional en cuanto a cuidado de la infancia, toda vez que el 28.9 por ciento de niñas y niños, 168, 400, de cero a cinco años no cuentan con espacios de guardería o no acuden a preescolar.
Efectos sicológicos
La sicoterapeuta infantil revela “Por este descuido, también está existiendo más estas nuevas enfermedades de TDA (trastorno de déficit de atención) por falta de atención a los niños es una situación que preocupa a este estado cuando un hijo sería el vínculo más fuerte que debería de haber entre el padre e hijo para crear seres humanos fuertes fortalecidos con grandes principios y valores.
Aunque la situación se complica más en la vida adolescente y adulta, pues precisa que, por ejemplo, “en Cancún es una de las ciudades en la que existe más separaciones de parejas porque hay poca vinculación por la parte emocional y la falta de atención desde la infancia. Aprendieron a sobrevivir ensimismados, donde solo ven por ellos y tienen poca empatía. No saben la palabra del amor, ni vinculación ni relacionarse con la sociedad, ya que viven conectados a internet y se desvinculan físico, mental y espiritualmente”.
Añade que, en lo particular, a su consultorio, llegan adolescentes con pensamientos suicidas por la poca aceptación de sus familiares, sin ganas de vivir, depresión constante estrés y ansiedad por no cumplir las expectativas y no sentirse aceptados y esto viene por la poca vinculación padre-hijo.
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Una luz en la oscuridad
Contrario a lo que puede ocurrir con miles de niños en Quintana Roo, Carolina (3 años de edad) y Elian (1 año de edad), son cuidados por sus padres. Lidia Reyes Muñoz decidió dedicarse a la maternidad en su totalidad, por acuerdo con su esposo.
Vive en la lejana zona irregular “El Milagro”, en donde no logró espacio en el preescolar para su hija, por lo que diariamente se traslada en vehículo contratado por aplicación, al kínder “Nuevos Horizontes” en la Región 95, a más de 10 kilómetros de distancia.
“Diario pago unos 126 pesos en transporte. Llego poco antes de las 8:30 de la mañana y la espero hasta que salga, a las 11:30. Aquí me quedo con mi bebé. Afortunadamente mi esposo tiene un trabajo estable de chofer y eso nos permite que me quede cuidando a nuestros dos hijos”, afirma la joven madre de familia.