
La atención a mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad en Cancún ha registrado un incremento del 300% durante 2025, de acuerdo con datos de la casa hogar de las asociaciones civiles Vida y Familia (Vifac). Actualmente, en sus instalaciones se atienden en promedio a 80 mujeres cada mes, de las cuales alrededor del 10% son menores de edad, una cifra muy elevada en comparación con 2024, cuando se recibía a un promedio mensual de sólo 20.
Citlali Hernández, directora de Vifac Cancún, explicó que este aumento refleja una tendencia preocupante. Señaló que, si bien el número mensual puede incluir casos repetidos debido a que el embarazo abarca varios meses, el promedio actual se mantiene entre 80 y 85 mujeres. “En todo 2024 atendimos a 218 mujeres, es decir, alrededor de 20 por mes. Ahora estamos recibiendo cuatro veces más, lo que nos indica un repunte alarmante en mujeres que enfrentan esta situación”, explicó.
Respecto a las menores que ingresan a través de la Procuraduría de la Defensa del Menor, indicó que representan el 10% del total atendido, es decir, entre ocho y diez niñas de entre 11 y 17 años, la mayoría víctimas de abuso sexual en entornos familiares. Hernández subrayó que este tipo de violencia suele originarse dentro del núcleo doméstico, reflejo de una profunda fractura en el tejido social.
En ese sentido, consideró que la herramienta más efectiva es la prevención. Lamentó que la violencia se haya normalizado en muchos hogares, por lo que parte del trabajo en Vifac consiste en concientizar a las víctimas sobre que esas conductas no deben tolerarse y deben ser denunciadas. “Nunca serán suficientes las políticas públicas si no hay coordinación. Por eso es indispensable que instituciones públicas y privadas trabajen de manera conjunta; esto no es sólo un asunto gubernamental, es un problema social”, advirtió.
Detalló que los casos que logran detectar son los que llegan a las procuradurías tras una denuncia, pero alertó que existen muchos más que permanecen ocultos, especialmente en sectores de clase media, donde la violencia también se normaliza y se silencia. “Nosotros atendemos principalmente a mujeres de escasos recursos, pero el fenómeno atraviesa todas las clases sociales. La clave es la prevención, desde el hogar, el gobierno y las empresas”, reiteró.
Recordó que la casa hogar brinda apoyo temporal, aunque la estancia puede extenderse hasta un año en casos necesarios, especialmente cuando se trata de menores o mujeres en condiciones de alta vulnerabilidad. Además de un espacio seguro, el centro ofrece atención integral y confidencial, que incluye talleres, acompañamiento psicológico y programas educativos diseñados para fortalecer la autonomía de las beneficiarias.