
A lo largo de la avenida Héroes, situada en la célebre colonia Centro, se encuentran aproximadamente 10 niños originarios de diversos países de Centroamérica que día con día recorren la avenida con el fin de ofrecer sus “artesanías” a los turistas y locales, como parte de su rutina diaria de trabajo.
Con base en las declaraciones de sus hermanos mayores y padres de familia, la situación de marginación en la que se encuentran les ha impedido tener acceso a la educación, así como a otros derechos básicos que, como todo niño, deberían tener.
En su mayoría, muchas de estas personas llamadas despectivamente como “chapitas” provienen de países como Guatemala, El Salvador y Honduras, sin embargo, también es sabido que algunos suelen venir de los estados de Chiapas y Campeche, entidades federativas que comparten límites geográficos con dichos países.
En ese sentido, al menos siete de los niños presentes a lo largo de la avenida Héroes mencionaron que provienen de Guatemala, de donde han emigrado debido a la gran tasa de pobreza e inseguridad.
“Al menos mi hijo puede trabajar aquí sin peligros, el camino ya se lo sabe, recorre la misma línea todos los días, hasta las otras tiendas lo conocen, luego me dicen ahí está tu hijo o se fue por allá”, dijo la madre de José, un niño de 7 años.
De igual manera, la madre del infante señaló que el acceso a la educación no ha sido fácil para ellos debido a que no cuenta con la nacionalidad mexicana, así como tampoco con los documentos pertinentes para realizar los trámites de ingreso a la escuela.
“Mi mamá sí fue a la escuela, pero a ella y a sus hermanas las sacaron rápido. En mi caso, solo mis hermanos terminaron la primaria, y a nosotras nos enseñaron a tejer, a hacer nuestras artesanías”, declaró.
El hermano mayor de José aseguró que sin papeles no pueden tener tanta chamba, por lo que agarran lo que hay, como vender aguas, fruta en carretilla o sus bordados. También buscan la forma de tener un ahorro, el dinero, y eso le enseña a hermanito; además, en el mercado ya lo conocen, pues él solo ya aprendió a cruzar la calle.

Por otro lado, el hermano de José señaló que, aunque le gustaría una mejor vida para su hermanito, las condiciones en las que viven no se lo permiten.
“Yo quiero que él aprenda, que vaya a la escuela como los demás niñitos, como los hermanos de unos amigos. Ahorita solo le enseñamos a contar para dar bien el cambio, eso lo aprendemos todos desde que estábamos chicos”, relató.
Por último, la madre de José indicó que no ha recibido ayuda por parte del Gobierno del Estado, así como tampoco le han señalado la obligación de ingresar a su hijo a la escuela primaria.
“No pues aquí no nos dicen nada, todos los demás niños andan en la calle con su venta y hasta se van solitos a los demás lados”, afirmó.

Finalmente, cabe destacar que en la capital del estado no existe ningún organismo que se encargue de atender de primera la problemática del trabajo infantil de los “chapitas”, así como tampoco se han hecho esfuerzos por mitigarlos, por lo que durante mucho tiempo se ha perpetuado este tipo de violencia hacia las infancias.