A raíz de un accidente ocurrido hace 28 años, a don Mario May Pool, alias “Manitas”, le tuvieron que amputar los brazos y solamente le quedaron los muñones, diariamente le tienen que poner dos prótesis, para que a sus 69 años de edad en la que muchos ya están disfrutando de su jubilación, se vaya a trabajar de cuidador de coches a un costado del Parque de la Paz.
Aún así, don Mario es un ejemplo de amor a la vida y al trabajo, que debiera servir de ejemplo, sobre todo ante la avalancha de falsos o superficiales amores que generalmente con fines consumistas se promueven con motivo del Día del Amor y la Amistad.
Don Mario comentó que trabaja 14 horas, esta de pie desde las 4 de la mañana de lunes a viernes y los sábados se va a trabajar un poco más tarde, asi mismo platicó que le duelen sus rodillas y para aliviar su dolor toma medicina naturista e incluso se pone rodilleras para poder caminar y hasta correr cuando va a salir algún vehículo.
Así mismo comentó que mucha gente no lo valora, como los choferes de ambulancias de Peto los cuales le dicen: quítate de acá, estás estorbando, qué buscas acá de forma prepotente. "Manitas" informó que los demás hasta lo ayudan e incluso la mayoría se lleva con el.
Platicando con don Mario le preguntamos:
–La vida ha sido dura con usted, ¿qué piensa de ella?
–La vida es bonita, la vida vale la pena.
En ese momento sale un coche que estaba estacionado y su conductor le dice: “Acerca tu bolsa”. Don Mario acerco su pecho a la ventanilla, y el conductor le metió unas monedas en su camisa en pago por cuidar de su coche.
La tercera es la vencida
En ese momento le preguntamos:
–¿Cómo perdió los brazos?
–Era la tercera vez que me buscaba el demonio. La primera vez fue cuando estaba en un pueblo haciendo la campana de un pozo que no estalló. Puse el fulminante, el mexamón y la mecha, y la prendí. Pasaron los minutos, luego la hora, luego las 2 horas y, como ya era tarde, lo dejé así y me fui a mi casa.
Al otro día cuando llegué temprano, me dijo la señora dueña del terreno donde estaba haciendo el trabajo: ¿Trabajó anoche, porque escuché que estalló la bomba como a las 12. A lo que le dije que no, ya que había regresado a terminar y a recoger mis herramientas.
Entonces don Mario acudió a ver el pozo y vio floreado todo el árbol que estaba junto al pozo, estaba todo lleno del sascab que sacó el estallido del que se salvó.
La segunda vez estaba haciendo un pozo en Chuburná Inn, ya tenía 5 metros de profundidad y coloque todo y prendí la mecha, luego espere una hora y media y no estallo, pero me dio miedo meterme, porque sentí que estaba en peligro. Entonces le eche agua para desactivarla, 3 ó 4 cubetas llenas, y no me metí a verlo, me fui. Al día siguiente regresé y veo todas las matas floreadas de sascab. Me salvé por segunda vez.
Mario, ya no tienes manos
Y la tercera vez fue cuando estaba abriendo un sumidero en Sambulá. Empecé a escarbar, pero había laja casi a flor de tierra y no podía avanzar a menos de que le metiera una bomba. Entonces la puse, le coloqué unas llantas encima y unas piedras, y la prendí.
Como no estalló, esperé un rato, como una hora y media, y luego, pensando que ya estaba apagada la mecha, me subí sobre la llanta para remover todo y ver por qué no estalló. En ese momento volé con todo y llantas. No me acuerdo de lo demás, sino de que estaba yo acostado en el hospital cuando me visitó el padre Bacelis que estaba en Chuburná y con quien yo había sido acólito en Homún y que perdió un brazo en un accidente. Entonces me dijo: Mario, ya no tienes manos.
Pero en ese momento no sentía dolor más que en mi barriga, que estaba abierta.
–¿Cuánto duró en el hospital?
–Tres meses.
–¿De qué vivía su familia mientras se curaba?
–Mi esposa estaba lavando y planchando para tener dinero. En ese momento tenía 2 hijos. Ahora tengo 4: tres varones y una niña.
–¿A qué se dedican sus hijos?
–Uno estudió la licenciatura y la Maestría en Matemáticas con una beca que le dio Ivonne. Otro es mototaxista, otro es pizzero y la más chica está estudiando la Licenciatura en Derecho en la escuela de la CTM. Yo he tratado de educarlos, pero hoy la gente a esos muchachos que están creciendo no los educan bien.
Vienen con su hijo y no te dan propina. Eso lo ve el hijo y se hace igual, eso aprende su hijo, a no dar. Y no dan ni los buenos días ni las buenas tardes. Ya no hay educación.
Mi esposa me cría –¿Cómo le hace para comer?
–Mi esposa María Filomena Garrido May (de 48 años) me cría, me tiene que dar mi comida en la boca. Me despierta a las 3 de la mañana para que me lleve al baño y me baña, me pone mis prótesis y luego me viste. Entonces me da mi desayuno… Gracias a Dios hasta ahorita me sigue ayudando.
–¿Y cómo le hace para ir al baño cuando está aquí trabajando?
–Uso kleen bebé porque tengo que aguantar 12 horas hasta regresar a la casa.
–¿A qué edad le pasó lo de las manos?
–Tenía 40 años.
–¿Por qué cree usted que le pasó lo de las manos?
–Habré cometido algún error o algo malo que hice, pero Dios sigue conmigo. Yo no quería alejarme de Dios, por eso digo que nunca hay que renegar de la vida, porque la vida es muy bonita, eso debería enseñarse en la escuela.
–¿Usted tiene sindicato?
–No.
–¿Cómo entonces consiguió este lugar para trabajar? Porque se ve que nadie lo trata de quitar de aquí para invadir el lugar.
–Es que un día, hace ya 28 años, le pedí ayuda a Dulce María porque no tenía trabajo, y me mandó con una carta de recomendación con el Comandante Cuesy Adrián. Él la vio y me dijo: Te voy a dar una caseta.
Entonces le dije: Comandante, no puedo estar en una caseta porque no puedo ni abrir la puerta.
–¿Entonces, qué quieres hacer?
–Déme un lugar para cuidar coches.
Y me dijo:
–Déjame verlo. Ven en 15 días.
Entonces cuando fui me trajeron a este lugar y hablaron con todos los doctores que por aquí se estacionaban para que supieran que aquí iba a trabajar y me ayudaran.
Dulce María Sauri también me dio mi terreno en Juan Pablo II y la Cousey me dio un crédito para construir. En ese tiempo la bolsa de cemento estaba a $18.00.
–¿Y le va bien con las propinas?
–No dan todos, 5 de cada 10 no dan, pero como trabajo 14 horas al día, alcanzo a sacar como 200 pesos diarios.
–¿Son caras las prótesis?
–Deben ser caras, porque hasta tienen el codo, pero me las han regalado. Mis primeras prótesis me las dio Dulce María, la segunda vez me las dio Víctor Cervera Pacheco, y la tercera y la cuarta vez me las dio Ivonne. Las de la cuarta todavía las tengo nuevas, porque las cuido.
Ivonne le puso su apodo –Usted tiene un apodo, ¿verdad?
–Sí, me dicen “Manitas”, pero ese apodo me lo puso Ivonne. Pasaba y me llamaba: “Ven, Manitas”, pero lo hacía para ayudarme. Mucha gente dice cosas malas de ella, pero a mí me ayudó mucho. Cuando estaban haciendo esta calle me quedé sin trabajo y ella me daba mil pesos quincenales y, además, le dio una beca a mi hijo que estudiaba en la universidad. Después, donde me veía me daba mi dinero.
–Hay quienes se jubilan a los 55 años, ¿hasta cuándo piensa usted trabajar?
–Yo tengo 69 años y todavía trabajo, pero hay mucha gente de mi edad que ya no puede trabajar y está abandonada. Yo quiero trabajar hasta que me dé vida y fuerza Dios. Sigo luchando. Cuando dentro de dos años termine su carrera mi hija y me quede solo con mi esposa, como estoy cansado, tal vez deje de trabajar.
–¿Y de qué va a vivir?
–De la pensión que me da el gobierno de AMLO. Ya la cobré tres veces y ahora mañana (por hoy) voy a cobrar por cuarta vez. Me dan $2,550.00.
–¿Le alcanzará?
–Tengo un hijo que siempre me ayuda, es el que estudió Matemáticas. Los otros no, porque no les alcanza. Uno vive en mi casa, igual que la que está estudiando.
Muchos poceros han muerto –¿Cómo aprendió a hacer pozos?
–Aprendí con un señor de Samahil.
–¿Hay muchos accidentes haciendo pozos?
–Conozco bastantes que se han muerto haciéndolos. Un primo mío se quedó cieguito cuando le estalló la bomba en un pozo que hacía, y luego se ahorcó. Un montón han muerto de ello. Se gana dinero trabajando por tu cuenta haciendo pozos, porque si trabajas con un contratista, él se lo lleva.
–¿Cuánto cuesta hacer un pozo?
–Antes costaba 5 mil pesos y se tardaba uno un mes en hacerlo, pero un sumidero se hace en una semana o en 3 días.
–¿Qué hacía antes de ser pocero?
–Yo era ejidatario en Homún desde chamaco y así seguí hasta que se acabó el henequén y listo, nos liquidó Dulce María. Y como nadie me ayudó, no pude recibir la pensión que a otros sí les tocó.
–¿Fue a la escuela?
–Sí, pero estudié hasta el 4o. año nada más.
Dios está conmigo –¿Cree usted que existe Dios?
–Sí existe, cómo no va a existir. Dios existe, por eso está conmigo todo el tiempo. Y por eso tengo a mi San Judas Tadeo y mi San Benito –nos muestra esas imágenes colgadas de su cuello–, porque ellos son los protectores de los trabajadores. También en la casa tengo mis santos: la Virgen de Guadalupe, la Sagrada Familia, San Antonio, la Virgen de la Paz, el Divino Niño Jesús. Está saturada mi casa, y a todos les hago su rezo en su día para que me vaya bien en mi trabajo, y ya ve, me va bien.
Con información de Roberto López Méndez
Por Redacción Digital Por Esto!