Entrevistadas en el marco del Congreso Nacional de Damas de las Asambleas de Dios, que se lleva a cabo en el Foro GNP, algunas de las asistentes abrieron su corazón a POR ESTO! para dar a conocer cómo fue que encontraron a Dios y de qué les ha servido.
Dios curó a mi esposo
Marisela Rivas, de la Iglesia Ebenezer de la Ciudad de México:
–Hace cuatro años nos invitaron a ir a esa iglesia y yo me acerqué a raíz de que mi esposo se enfermó de cáncer y estaba desahuciado. Y gracias a Dios nos sirvió. Dios fue bondadoso y a través de Jesús mi esposo sanó.
Con ese hecho empezamos a comprender por qué nos invitaron a venir a esta iglesia.
–¿Tenía otra religión antes?
–Antes era católica. Mi esposo sanó del cáncer, vivió 4 años y después él falleció de una neumonía, me sentí triste, pero Dios me ha levantado de esa situación.
Encontró a Dios cuando perdió a sus padres
Doña Serafina Ku tiene 45 años de pastora y desde hace 32 años está junto con su esposo, el ministro Roberto Portillo Padilla, al frente de la Iglesia Elim de Valladolid. Al ser entrevistada nos dijo:
–Cuando yo tenía 20 años, por una necesidad, pues me faltó mi papá y mi mamá, se murieron, lo sentí mucho y por medio de ese sentimiento, de esa tristeza, encontré al Señor y lo acepté como mi salvador desde ese día. Entonces fui salva gracias a Dios. Luego seguí el camino hasta sentir el llamado de Dios e irme a la Escuela Bíblica Betel de aquí de Mérida, de las Asambleas de Dios, y desde ese tiempo, fue en 1972, hice dos años de estudios. Ahí conocí a mi esposo, y cuando salimos nos casamos y fuimos a Nicolás Bravo, de Chetumal. Allá vivimos como tres años y regresamos a otro pueblo de Yucatán. Nuestra trayectoria fue en diferentes lugares, un tiempo estuvimos en Baja California, en Insurgentes, cerca de La Paz, después fuimos a Villahermosa, Tabasco, como 3 o 4 años, hasta que nos establecimos en Valladolid hace 32 años. Nuestra Iglesia se llama Elim.
Asisten como 200 feligreses.
La salvación no se hereda
Loida Portillo Ku, licenciada en enfermería que trabaja en el Hospital de Valladolid y estudia aquí en Mérida en el Instituto Betel, donde estudiaron sus padres, nos dijo:
–Yo a la edad de 12 años decidí aceptar a Jesús en mi corazón, porque la salvación no se hereda, es una decisión que uno toma. Cuando decidí aceptar a Jesús en mi corazón, desde esa edad le sigo y le amo con todo mi corazón, hasta que hace como dos años decidí estudiar para pastora, porque la verdad es un trabajo muy bonito, es compartir el amor de Dios, hablarles de la Palabra. Es algo por lo que a lo mejor no tengamos recompensa aquí, pero la tendremos algún día en el cielo.
Dios bendice el hogar de la mujer de oración
Nacida en Mérida y con residencia en Villahermosa, donde tiene el Centro Evangelístico Elim, la pastora Loida Esther Méndez de Ricoy, nos dijo:
–Acepté a Cristo como mi salvador desde que tenía 7 años acá en Mérida, Yucatán. Años después me casé y estoy radicando en Tabasco desde hace 47 años. Tengo 50 años de ministerio, de ser pastora. A los 18 años me gradué de pastora, y este año, en mayo, cumplo 50 años de estar ministrando.
Yo quiero decirles que las mujeres tenemos una parte importante en la vida de nuestra comunidad y delante de Dios. Somos responsables de nuestro esposo y de nuestros hijos, y si la madre es una mujer de oración que busca a Dios en el alma, le cree, le sirve, lee la Biblia, enseña a sus hijos a orar, a leer la Biblia, seguramente que esos hijos y ese hogar será un hogar bendecido porque Dios está en medio de ellos.
Yo asistía a la Iglesia el fin de semana, y allá se hacía un trabajo especial en los niños. Hay un programa que se llama CBDV, y allá te entregan el mensaje de una manera que los niños podemos entenderlo. Y como el poder de Dios es para chiquitos y para grandes, Dios tocó mi corazón a esa edad y yo entendí que era importante y necesario.
Toda mi vida he sido cristiana. A la edad de 18 años me casé. Y he tenido diversos niveles. Siendo líder de los niños, siendo coordinadora en 5 estados, y coordinadora nacional del programa de Misioneritas por muchos años. Y también coordinadora secretaria nacional del Programa de las Damas, como el evento que tenemos ahora.
Para mí fue una bendición conocer a Cristo a muy temprana edad y toda mi vida servir. Entonces ahora estoy de pastora, y también soy líder de un programa que se llama Retiro Espiritual en la región poniente de Tabasco.
El plan de salvación es para todos
Es tan maravilloso el plan de salvación. Dios envió a su hijo al mundo para que por medio de Él nosotros conozcamos el perdón de nuestros pecados y encontremos la salvación de nuestra alma. Es glorioso mirar el amor de Dios, que quiere salvarnos. Es importante que el hombre conozca a Cristo como su salvador. En su momento, Dios llega al hombre y lo salva, y lo rescata. Solamente por el poder de su sangre de Jesús. Ojalá y muchos de los lectores puedan verdaderamente valorar el mensaje de salvación, porque el plan de salvación es para todo el mundo.
Dice la Palabra: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en Él crea no se pierda, sino tenga vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Dios está esperando, todo aquel que quiera ser salvo, que se acerque a Jesús.
Lo encontré a los 18 años
Marieva de Luis Romero, de la iglesia Centro Cristiano Ebenezer, en la colonia del Sol de Ciudad Netzahalcóyolt, en la Ciudad de México, relató:
–Yo encontré a Jesucristo a los 18 años. Era una jovencita que estaba en la vocacional, yo estudié para contador público. Y cuando yo tenía 18 años me hablaron del Evangelio. Casi un año me estuvo hablando un misionero de la Palabra, hasta que yo entendí que necesitaba a Cristo en mi corazón, y lo acepté porque yo tenía depresión en mi vida. Yo estaba triste sin saber por qué, y me di cuenta que me hacía falta Cristo en mi corazón.
Y cuando yo lo acepté, fui la mujer más feliz. Tengo 64 años y no me arrepiento de haber aceptado a Cristo en mi vida, porque siempre Él ha estado conmigo, me ha ayudado en mis enfermedades, en mis problemas económicos y de salud, siempre Él ha estado, en los problemas más grandes he tenido quien me ayude.
–¿Lo siente usted en su corazón?
–Claro que sí. El Espíritu Santo a través de Jesús viene y llena nuestra vida como Él lo prometió: “No les dejaré solos, sino les dejaré al gran consolador”. Y es cierto: Él a diario está en nuestra vida, no está Jesús físicamente, pero está el Espíritu Santo. Ese es mi gran testimonio.
Médico de médicos
Doña Marieva dijo también:
–Dios siempre dijo: El médico siempre viene a los que están enfermos, no a los sanos. Entonces por eso la gente se equivoca cuando dice: “Mira a aquel cómo cambió”. No es porque sea santo, sino porque se dio cuenta de que Jesucristo es el único camino. Entonces al darse uno cuenta acude al médico, al remedio, y Él es el médico de médicos, nuestro médico espiritual, porque nuestra alma sin Dios está perdida, está como con cáncer, necesitamos que Dios la sane.
–¿Qué tarea realiza en su iglesia?
–Ayudo a dar clases a las mamás nuevas que acuden a nuestra iglesia. Allá tenemos un desayunador. Van niños a desayunar, a merendar, a cenar, y se les dan clases, se les atiende en el aspecto médico, social, y a sus familias. Y yo coopero dando clases a las mamás de esos niños.
–¿Por qué lo hace?
–Es lo que Dios nos da, y no podemos callar, si no, las piedras hablan.
Lo mejor que le ha pasado a uno Raquel Rodríguez, de la iglesia Amistad Cristiana en la colonia Leandro Valle de Mérida: –Dios es lo mejor que le ha pasado a uno en su vida. Buscar a Dios es tener paz, es tener tranquilidad, fortaleza; buscar a Dios equivale a buscar algo que no encuentras en ningún lado, porque tienes su ayuda, porque tienes consuelo y, sobre todo, porque tienes muchos hermanos en Cristo que están pendientes de ti en la oración, buscando la verdad en la Palabra. Eso es lo que tenemos que hacer, conocer cada día más a Dios. Yo desde pequeña conozco a Dios. Mi madre me llevaba a la Iglesia desde los dos años. Así que desde esa edad yo conozco a Dios, y Él ha sido muy grande en mi vida y he recibido muchas bendiciones de parte de Dios. Mi iglesia no es de Asambleas de Dios, pero yo asistía a la Iglesia Getsemaní que es de donde se deriva Asambleas de Dios
Desde niñas conocen a Dios Jocabel Portillo Ku, de Valladolid, comentó: –Nosotras llevamos una trayectoria, desde niñas ya conocemos a Dios. Desde niñas, porque nacimos en cuna cristiana ya que mi papá y mi mamá son pastores (doña Serafina Ku y Roberto Portillo Padilla). (Roberto López Méndez / Fotos Oscar Suaste)