
Una historia aparentemente menor, pero cargada de un mensaje profundo sobre el respeto al consumidor, ha incendiado las redes sociales tras difundirse la publicación de un usuario de Mérida, Yucatán, tal como dice en el ticket. El usuario relató cómo exigió que se le devolvieran $0.50 de cambio en una tienda Waldos, desatando una ola de comentarios a favor y en contra.
El caso ocurrió cuando el cliente acudió a una de las sucursales de la cadena para realizar una compra por $26.48. Al momento de pagar, la cajera le redondeó el total a $27 pesos, omitiendo los $0.50 centavos correspondientes. Ante esta situación, el consumidor decidió no dejar pasar lo que consideró una práctica injusta, y reclamó su derecho a recibir el cambio exacto.
“¿Y mis $0.50? Lo justo serían $26.50, ¿no?”, cuestionó. A lo que la cajera, visiblemente incómoda, respondió: “¿Estás peleando por $0.50?”
Lejos de retractarse, el cliente insistió: “Si quieres, págalo tú, pero a mí cóbrame lo correcto”.
Finalmente, y no sin cierta molestia, la trabajadora le devolvió los centavos. Lo más interesante es que, según el relato, otros clientes comenzaron a hacer lo mismo, provocando que el redondeo no pasara desapercibido.
El usuario calculó el impacto económico de esta práctica:
- 300 clientes diarios x $0.50 = $150 diarios por tienda
- $150 x 28 días = $4,200 al mes por sucursal
- 14 sucursales = $58,800 mensuales
El caso ha generado un amplio debate sobre las prácticas de redondeo en establecimientos comerciales y el aparente abuso de “centavos invisibles” que, al multiplicarse por cientos de clientes, representan miles de pesos mensuales que no se reembolsan.

Aunque en muchos casos los consumidores suelen ignorar estos redondeos mínimos, este episodio ha puesto el dedo en la llaga sobre el derecho al cambio exacto y la necesidad de conciencia sobre el valor del dinero, sin importar cuán mínimo parezca.