
Entre música de mariachi, quema de cohetes, repique de campanas, porras, vivas y las notas del himno en su honor, se realizó la Solemne bajada de la imagen de San Joaquín, con lo cual quedan oficialmente inaugurados los festejos patronales Palizada 2025.
Feligreses locales y visitantes llenaron el recinto religioso de la parroquia de San Joaquín, en dónde la imagen patronal contó con la visita de la Virgen de Chuiná y de San Miguel Arcángel.
Como cada año, los feligreses tendrán a la imagen de San Joaquín a su alcance, para platicar con él, agradecer los favores recibidos, ratificar su fe y encomendarse por el año siguiente.

Las festividades serán del 25 al 31 de agosto, y será el 7 de septiembre cuando la imagen patronal regrese a su altar.
A partir de ahora, comenzarán a llegar Gremios procedentes de distintos puntos del sureste del país, para visitar a San Joaquín.
San Joaquín: protector de familias y pilar de fe en Palizada
En el corazón de este Pueblo Mágico, cada mes de agosto, el nombre de San Joaquín resuena con fuerza en calles, casas y corazones. No se trata solo del patrono de Palizada, sino de una figura profundamente venerada como protector de las familias, intercesor de los matrimonios y guardián de los hijos.

San Joaquín, según la tradición cristiana, fue el padre de la Virgen María y esposo de Santa Ana. Se le recuerda como un hombre justo, paciente y trabajador, que confió siempre en los designios de Dios, incluso durante los años en que él y su esposa no podían tener hijos. Su perseverancia en la fe es una de las razones por las que, en Palizada, se le pide especialmente por la unión familiar, la fortaleza en tiempos difíciles y la llegada de bendiciones para el hogar.

Durante los festejos patronales, que este 2025 se realizan del 25 al 31 de agosto, la imagen de San Joaquín desciende de su altar en una Solemne Bajada para quedar al alcance de los feligreses. Durante esos días, los devotos se acercan para platicar con él, agradecer milagros y hacer peticiones, que van desde la salud de un familiar, el éxito en el trabajo, hasta la paz y la protección de la comunidad.

Además de las misas y procesiones, llegan gremios de distintas partes del sureste mexicano para rendirle honores, llevando ofrendas, música y oraciones. El 7 de septiembre, el patrono regresa a su altar, cerrando así un ciclo de fe que fortalece los lazos comunitarios.
Para los paliceños, San Joaquín no es solo un santo de calendario, sino un amigo cercano, un padre espiritual y un símbolo de esperanza que, año con año, renueva la identidad religiosa y cultural de este rincón campechano.