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Cultura

Africa en nuestra identidad mexicana

Manuel Tejada Loría

Notas al margen

La presencia africana como parte de nuestras raíces culturales, sociales e históricas es un tema que aún se investiga a fondo, y poco a poco va siendo del conocimiento de la población. En tres siglos que duró aproximadamente el comercio de esclavos, según registros de compañías navieras, se embarcaron desde África a América aproximadamente 12.5 millones de personas, entre niños, mujeres y adultos. La presencia en México es innegable, prácticamente desde el inicio de la Conquista, pero paradójicamente los afrodescendientes han sido objeto de abandono, silencio y discriminación a lo largo de los siglos. Apenas en julio pasado es que el Congreso de la Unión estableció el “reconocimiento de personas, pueblos y comunidades afromexicanas como parte de la composición pruricultural de la nación”, a través de la reforma al artículo segundo que ya fue remitida al Diario Oficial de la Federación para su publicación.

Entre otros puntos, el documento emitido por la Comisión Permanente del Congreso de la Unión resalta la ascendencia africana de José María Morelos y Pavón y Vicente Guerrero, “líderes del movimiento de Independencia y de la abolición de la esclavitud en México”, según señala la nota de prensa. Uno de los investigadores de los afrodescendientes en Yucatán es el Dr. Jorge Victoria Ojeda, del CIR Unidad Sociales de la UADY, quien resalta la necesidad de políticas públicas que ayuden a comprender la importancia de la negritud en nuestra historia. El paso que ha dado el Congreso de la Unión parece ir en este sentido.

Existe una extraordinaria película en México que se suma a esta iniciativa por comprender la diversidad de nuestra identidad mexicana, la cual no únicamente lleva componentes indígenas y españoles, como por mucho tiempo se ha enfatizado. Me refiero a La negrada (2018), del director oaxaqueño Jorge Pérez Solano, quien a través de actores que en realidad no son actores profesionales, sino pobladores afrodescendientes de la costa chica en Oaxaca, cuenta una historia que nos acerca a una realidad poco conocida pero existente. Dos mujeres, Juana y Magdalena, comparten las atenciones sentimentales de Neri, un pescador de la costa chica oaxaqueña; la primera es su esposa y la segunda su concubina, con ambas tiene hijos que visita en diferentes días de la semana. Su preocupación ahora es que Juana, su esposa, está prácticamente agonizando, lo que para Magdalena representa una oportunidad para establecerse con Neri, sin embargo, la situación tendrá un final distinto al deseado.

La película va adquiriendo tintes de un valioso documento audiovisual sobre esta comunidad de afrodescendientes en México, presentando problemas sociales como la pobreza y marginación en la que se ven envueltos por el desinterés de las autoridades; la discriminación por el color de la piel; o el machismo del personaje protagónico, al que únicamente pareciera importarle saciar sus necesidades físicas. Un momento relevante de la película acontece cuando la hija de Juana, Sara, viaja a la ciudad para visitar un santuario y pedir por la salud de su madre. En el autobús de regreso, en un retén de migración, un militar la detiene temporalmente no perdiendo a oportunidad para denigrarla por su color de piel. “Tu no eres mexicana”, le dice reiteradamente. Al no presentar una credencial de identidad, el militar le pide entonces cantar una estrofa del himno nacional mexicano, situación a la que Sara accede sin problema alguno como mexicana que es.

Una película que vale la pena ver varias veces por el colorido de su fotografía, los apacibles paisajes de la costa chica oaxaqueña, así como las voces y ritmos de un pueblo costero que nos comunica con esa parte de África que pervive en los mexicanos. La negrada, de Jorge Pérez Solano, se encuentra disponible en Amazon Prime en la categoría de la muestra del Festival de Cine de Guadalajara.

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