
Quintana Roo acumuló 91 deportaciones desde Estados Unidos, reveló la Unidad de Política Migratoria del Gobierno federal. Esta cifra es la más alta registrada desde 2022 y coincide con el nuevo mandato republicano.
De los quintanarroenses deportados, originarios de la entidad, 78 son hombres y 13 mujeres; entre ellos, ocho son menores de 18 años que fueron expulsados del país vecino, según la estadística más reciente de la dependencia, que abarca de enero a mayo.
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Estas deportaciones ocurren en un contexto de endurecimiento de la política migratoria, especialmente hacia regiones del sur de México. Analistas señalan que este fenómeno no sólo representa un drama humanitario, sino que también impacta la economía de los estados receptores, donde muchas familias dependen de las remesas enviadas desde el extranjero.
En este periodo, Yucatán registró 139 deportaciones, siendo enero el mes más crítico con 43 casos. De ese total, 124 eran hombres y sólo 15 mujeres. Estas cifras contrastan con reportes anteriores emitidos por el Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya (Indemaya), que hablaban de apenas ocho yucatecos repatriados en lo que va del año.
Con 234 personas repatriadas, Campeche lidera la lista. Solo en enero, 54 migrantes fueron retornados, y las cifras mensuales se mantuvieron en un promedio de más de 40 deportaciones. De los 234, 209 eran hombres y 25 mujeres. Esta tendencia refleja un incremento significativo en las acciones migratorias del Gobierno estadounidense.
Cambios en la política migratoria
Las nuevas medidas migratorias han intensificado los operativos de control en zonas fronterizas, lo que ha derivado en más deportaciones hacia comunidades vulnerables del sureste mexicano.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos han denunciado la falta de protocolos adecuados durante los procesos de repatriación.
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Testimonios
Mario y Enrique, dos hermanos originarios de Quintana Roo que migraron a Orlando, Estados Unidos, hace seis años, comentan que no temen ser deportados, pues ambos están en proceso de regularizar su estatus migratorio y confían en poder obtener la ciudadanía en los próximos meses, pese a la política migratoria más restrictiva implementada por el Gobierno del presidente Donald Trump.
“Estoy tranquilo, el proceso de mis trámites va avanzando”, dice Mario, padre de familia con dos hijos nacidos en Estados Unidos tras su unión con una mujer italo-cubana.