
Son las seis de la mañana y en las oficinas de Mérida comienzan a llegar los carteros. Mochilas al hombro, alforjas nuevas —las primeras entregadas en 15 años— y un mapa mental de la ciudad que solo ellos conocen. No necesitan GPS: saben exactamente cuál buzón de hierro se atasca, qué familia espera con ansias una carta de su hijo en Estados Unidos y en qué casa siempre los reciben con un vaso de agua fresca.
De los más de 8 mil carteros registrados en el país, 400 trabajan en Yucatán. Atienden los 106 municipios del estado, con la tarea de mantener vivo un sistema que, aunque ha perdido terreno frente al internet y los teléfonos inteligentes, sigue siendo vital en comunidades donde la tecnología todavía no sustituye al papel ni a la carta manuscrita.
Una red que cubre cada rincón
El Servicio Postal Mexicano (Sepomex) mantiene en Yucatán una estructura de 32 oficinas, con once en la ciudad de Mérida y delegaciones en municipios estratégicos como Valladolid, Tizimín, Progreso, Peto, Umán y Ticul.

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Desde estas sedes, se coordina la distribución de correspondencia, paquetería y documentos oficiales que llegan tanto de empresas privadas como de dependencias gubernamentales.
En palabras de Violeta Abreu González, presidenta del Sepomex, la institución tiene una cobertura nacional de más del 97 por ciento, lo que en Yucatán equivale a garantizar que cada carta o paquete pueda llegar a cualquier rincón de la entidad, por más remoto que parezca.
La ruta de carteros
Hasta 58 kilómetros al día recorre en promedio un cartero de Mérida para cumplir con su ruta, que abarca entre cinco y ocho colonias, fraccionamientos y distintas zonas habitacionales. En ese trayecto, cargan cartas, postales y paquetes con remitentes locales, nacionales e internacionales, provenientes de cualquier país de los cinco continentes. Así lo relató a POR ESTO! Edgar Córdova Solís, cartero especializado del Servicio Postal Mexicano (Sepomex).
Córdova Solís subrayó que, pese al avance de la tecnología, el correo tradicional sigue vigente y lo estará por muchos años más. “Aún hay personas que prefieren comunicarse con familiares y amigos por este medio, y además instituciones bancarias y diversas empresas lo utilizan para notificar asuntos importantes a sus clientes”, explicó.
Por su parte, Leoncio Avendaño Pérez, también cartero, compartió que los mayores retos del oficio son las condiciones climatológicas extremas, sobre todo los días de lluvias torrenciales que dificultan la entrega. Otro desafío, dijo, es atender a personas que no hablan español; sin embargo, hoy en día las aplicaciones de traducción facilitan la comunicación y evitan contratiempos.

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“Ser cartero en esta época es un orgullo. Mucha gente cree que el servicio ya no se usa, pero los clientes valoran nuestro trabajo, y eso nos motiva a seguir con la mejor actitud”, expresó Avendaño.
Los trabajadores del Sepomex recordaron que su labor se limita a entregar paquetes o correspondencia: llaman a la puerta o hacen sonar el tradicional silbato; si no hay respuesta, regresan en dos ocasiones más antes de resguardar el envío en oficina, donde permanece un tiempo antes de ser devuelto al remitente.
Edgar y Leoncio enviaron un mensaje a los meridanos: “Usen el servicio postal. Es una manera segura y confiable de hacer llegar una carta, un paquete o un detalle a cualquier parte del mundo”.
El peso de la historia
El servicio postal en Yucatán tiene raíces profundas: se estableció en 1759, mucho antes de que México existiera como país. Fue una herramienta clave para la comunicación y el desarrollo económico de la península.
En 1907, bajo el Porfiriato, se inauguró en Mérida la Quinta Casa de Correos, un edificio monumental que simbolizaba modernidad y progreso. Hoy, ese mismo inmueble alberga el Museo de la Ciudad, conservando el legado de aquellos tiempos en vitrinas, timbres y objetos postales que recuerdan la importancia del correo en la vida cotidiana de generaciones enteras.
Reinventarse en la era digital
El reto actual no es menor: la digitalización ha desplazado gran parte de la comunicación escrita. Sin embargo, Correos de México ha buscado adaptarse con el fortalecimiento de sus servicios de paquetería, la modernización de su infraestructura y el uso de plataformas digitales que agilizan los procesos.
En Yucatán, incluso se vislumbran proyectos de colaboración con el Tren Maya, que permitirían expandir la red de distribución y acortar tiempos de entrega.
Pese a los cambios, el correo sigue siendo insustituible en zonas rurales y comunidades aisladas, donde un cartero puede representar la única conexión física con el resto del país.
Más que cartas: identidad y cultura
El correo en Yucatán no solo reparte sobres y paquetes: también ha sido un vehículo de cultura. Sepomex impulsa actividades comunitarias, ferias y exposiciones para mantener la cercanía con la población, reforzando la idea de que el correo no es únicamente un servicio, sino un patrimonio social y cultural.
El 9 de octubre, Día Mundial del Correo, es un recordatorio de que esta institución trasciende épocas, crisis y transformaciones tecnológicas. En Yucatán, la tierra que vio nacer las primeras oficinas postales de México, el correo mantiene viva su esencia: ser un puente entre las personas.