A menos de un mes del cierre de la temporada de captura de pulpo, dueños y patrones de barcos temen la posibilidad de las denominadas “rayas”, llevadas a cabo por pescadores de la zona, que consisten en pedir anticipos y desaparecer del puerto.
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A pesar de que este año la temporada fue benévola con el sector, dejando buenas ganancias tanto a pescadores como a empresarios, los patrones de barcos no quieren que esta situación de robo de dinero en anticipos se salga de control y termine generando pérdidas que puedan afectar sus ingresos. Señalaron que han tenido varias temporadas con bajos niveles de captura y malos precios, por lo que este año, al resultar tan favorecedor, esperan un cierre tranquilo de la pulpeada.
Según comentaron los encargados de embarcaciones, debido al final de la temporada, cada vez resulta más complicado entregar dinero por adelantado a los pescadores, ya que es precisamente en estos momentos cuando muchos de ellos, al no tener nada que perder, toman el efectivo y desaparecen para no realizar el último viaje, provocando pérdidas a los propietarios.
Se estima que durante el año, tanto en la temporada de pulpo como en la de escama, este tipo de prácticas genera pérdidas de entre 2 y 3 millones de pesos en todo el puerto de Progreso, siendo los principales autores pescadores provenientes de otros municipios; sin embargo, también se han detectado casos de locales que incurren en esta clase de robo.
Industriales pesqueros, que prefirieron omitir sus nombres, comentaron que, desafortunadamente, por estas acciones han optado por reducir la cantidad de efectivo en los adelantos previos a un viaje, o vetar a ciertos grupos de hombres de mar para realizar viajes en los barcos del lugar. Ante ello, pidieron a los ribereños tomar conciencia sobre estas actitudes, las cuales resultan perjudiciales para todo el sector económico.
Estas actividades se han intentado remediar a través de la regulación y empadronamiento de pescadores para tener una base de datos de aquellos activos; sin embargo, las laxas supervisiones poco han podido aportar para dar una solución real. El problema se suma a una serie de irregularidades que perjudican directamente la actividad, como el furtivismo, las transferencias de producto en altamar y la sobrepoblación del sector, entre otras.