La Coordinación Estatal de Protección Civil de Yucatán (Procivy) reiteró su llamado a la ciudadanía a evitar el uso de pirotecnia en cualquiera de sus presentaciones, debido a los riesgos que representa para las personas, la comunidad y el entorno.
Asimismo, en caso de hacerlo exhortó a realizar una compra responsable en puestos autorizados por los municipios, con supervisión de personas adultas y cumpliendo las medidas de seguridad establecidas.
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El director general de Procivy, Hernán Hernández Rodríguez, recordó que los artefactos pirotécnicos pueden causar lesiones severas, incendios y otras afectaciones, especialmente a personas con trastorno del espectro autista, así como a animales domésticos y silvestres.
Permisos solamente para días específicos
Aclaró que los permisos para la venta de pirotecnia los otorgan los ayuntamientos, no el Ejército, como parte de los esfuerzos para regular la venta ambulante y mitigar riesgos. Estos permisos aplican sólo para la comercialización los días 22, 23, 24, 29, 30 y 31 de diciembre.
Fuera de estas fechas, la venta está prohibida, salvo en establecimientos autorizados de manera permanente por la Secretaría de la Defensa Nacional.
Durante los días autorizados, Procivy implementa un operativo especial en coordinación con el Ejército mexicano, la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad Pública, las protecciones civiles municipales y las policías municipales, para verificar que los puestos cumplan con las medidas de seguridad definidas por los ayuntamientos.
Deben contar con cubetas de agua y arena y extintores; evitar la presencia de menores de edad en los puestos; no vender a niños y adolescentes; comercializar únicamente productos mexicanos y de bajo impacto; y prohibir artefactos conocidos como “Guerras de Tigres”, “Caras de Diablo” o similares.
Aunque reiteró que lo ideal es no utilizar pirotecnia, Hernández Rodríguez indicó que, si aun así se decide hacerlo, es fundamental aplicar medidas preventivas: comprar únicamente en puestos y locales autorizados; asegurar que la compra y uso sean realizados y supervisados por personas adultas; no permitir que niñas y niños manipulen estos artefactos; y utilizarlos sólo en espacios abiertos, a una distancia mínima de 10 metros de personas, animales u objetos inflamables.