
Los rebosamientos en el drenaje del mercado Alonso Felipe de Andrade son el resultado del desinterés de la administración del centro de abasto, desafortunadamente quienes pagan las consecuencias por la inacción de la administración, son los comerciantes quienes reportan pérdidas tras el más reciente desbordamiento de aguas pestilentes en el área de comida. A decir de Carlos David Santini Acosta, comerciante afectado, independientemente del daño a la imagen, esto es un riesgo de salud pública.
Relató que esta situación ocurre de manera recurrente sin que la administración del mercado le dé solución definitiva, pues para nadie es un secreto que siempre se ha rebozado, el problema radica en que siempre tardan en llegar a limpiarlo, como si no les importara que ese tipo de situaciones no contribuyen a una buena imagen del mercado.

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“Hace unas semanas sucedió con fuentes de agua, tiene que rebosar para que puedan venir, mientras no, no hacen nada, el miércoles reporté la situación a las 7:30 de la mañana, pero llegaron hasta las 10:30 u 11, cuando ya me había afectado la venta”, explicó.
El comerciante lamentó que, aunque en administraciones anteriores la limpieza de registros se hacía de manera periódica cada mes o dos meses, en la actual solo acuden a desazolvar hasta que ocurre el rebosamiento. “Nosotros tratamos de mantener todo limpio, pero no nos corresponde estar destapando los registros, eso es competencia de la administración y hoy ya es un tema de salubridad”, subrayó.
Santini Acosta también señaló la falta de atención por parte de la administradora, Norma Leticia Huicab Pacheco, quien dice estar siempre pendiente de todo lo que sucede, pero evita acudir cuando se presentan estos problemas. “Cuando pasa esto, ni se asoma. Manda a sus trabajadores, pero ella no da la cara. No viene a ver lo que está pasando, porque no le conviene”, denunció.
El locatario recordó que el origen del problema está en la mala instalación del drenaje cuando el mercado fue reconstruido hace años, deficiencia que afecta tanto al área de comidas como a las carnicerías, pero mientras sigan sin prestarle la correcta atención, será un cuento de nunca acabar, porque seguirán pasando los años y no van a arreglar el drenaje que afecta a las áreas húmedas y de alimentos, sean de exterior o interior del centro de abasto.
Finalmente, hizo un llamado a las autoridades municipales para que se enfoquen en dar solución definitiva a este tema. “No se trata solo de un problema para los locatarios, también es un riesgo para los consumidores y para la salubridad del mercado en general, a los comerciantes quita venta, arriesga su producto y a nadie le gusta comer sintiendo fétidos olores y remojar los pies en aguas negras”, advirtió.