Una costumbre que se tiene en noviembre es llamar a las “rezadoras” para dedicarle una oración a los difuntos, razón por la que es solicitado el servicio de doña Socorro García Jiménez, dedicada desde hace 35 años a este oficio.
El dos de noviembre, doña “Choco”, como la conocen en Sabancuy, empezó a rezar después de la misa de Día de Muertos afuera del cementerio.
Comentó que seguido la llaman para que vaya a rezar a alguna casa, pero en estas fechas es cuando se pasa todo el día en el oficio; indicó que será hasta el ocho que de nueva cuenta salga desde la mañana hasta la noche, ya que de nuevo la solicitan.
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Subrayó que ella reza con gusto porque eso “le alimenta el alma”; la mayoría de la gente la conoce en Sabancuy, por lo que cuando van a hacer novena le avisan con tiempo.
La mujer indicó que los pobladores le pagan lo que quieren, algunos le dan de 100 pesos en adelante, pues no exige dinero debido a que sabe que muchas familias no tienen para gastar.
“Un rezo dura alrededor de una hora y hay que programar los horarios para ir a donde la gente me llama, ya que en Día de Muertos es uno después de otro y se ocupa todo el día, y en fechas comunes uno o dos diario”, indicó.