
La presencia de personas en situación de calle o dedicadas a la mendicidad ha ido en aumento en diversos puntos de Ciudad del Carmen. No obstante, detrás de esta problemática visible existe una realidad compleja que no siempre se analiza a fondo: muchas de estas personas podrían estar utilizando el dinero recibido no para alimentarse, sino para sostener adicciones a sustancias, advirtió José Manuel Sánchez Bonilla, director del Centro de Integración Juvenil (CIJ) en la isla.

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La alerta surge tras las denuncias de locatarios del mercado Alonso Felipe de Andrade, quienes han expresado incomodidad y molestia por la constante presencia e insistencia de estas personas en solicitar dinero. Al respecto, Sánchez Bonilla señaló que siempre surgen comentarios encontrados sobre si es correcto o no brindar apoyo a quienes piden en la calle.
“Hay casos que sí merecen el apoyo, como personas con discapacidad o en evidente situación de vulnerabilidad, pero también hay quienes han hecho de la mendicidad una forma de sostener una dependencia a drogas o alcohol. Al dar dinero sin discernimiento, lo que hacemos es alimentar esa conducta”, expresó.

El director del CIJ llamó a la ciudadanía a desarrollar una postura crítica y compasiva al mismo tiempo, con el fin de distinguir entre quienes realmente necesitan ayuda y quienes podrían estar manipulando la situación. Subrayó que la convivencia debe basarse en respeto, educación y cortesía.
“Hay quienes simplemente abren la puerta de una tienda esperando una moneda. Puede parecer un gesto inofensivo, pero en varias horas podrían reunir suficiente dinero para adquirir la sustancia que consumen. No somos responsables de sus decisiones pasadas, pero sí lo somos de nuestras acciones como ciudadanos”.

Sánchez Bonilla dejó claro que no se trata de dejar de ayudar, sino de hacerlo con conciencia y responsabilidad. Si alguien percibe una necesidad genuina, puede actuar con generosidad; si no, una respuesta amable y firme como “gracias” o “con permiso” es suficiente.
Además de las adicciones, el especialista señaló que una causa igualmente importante del aumento de esta población es la salud mental no tratada. Muchos de los que viven en la calle padecen trastornos psiquiátricos sin diagnóstico ni tratamiento, lo cual los deja sin apoyo familiar ni atención médica.
“Es cierto que hay múltiples trastornos mentales que pueden llevar a alguien a esta situación. También es verdad que algunas comunidades han normalizado la presencia de personas en mendicidad, especialmente afuera de tiendas o negocios”, añadió.
Finalmente, el director del CIJ exhortó a evitar juicios apresurados y actitudes agresivas.
“Si una persona está en la calle, no es nuestro papel juzgar si debería estar trabajando, estudiando o en un albergue. Todos somos distintos y no podemos intervenir en sus decisiones. Pero sí podemos actuar desde el respeto, sin groserías, sin violencia y con la madurez emocional suficiente para no generar confrontaciones”.
El fenómeno de la mendicidad en Ciudad del Carmen refleja no solo problemas de adicciones y salud mental, sino también una profunda ausencia de políticas públicas eficaces en inclusión social, atención médica integral y educación comunitaria. El reto es grande, pero empieza por pequeñas decisiones ciudadanas conscientes que, sumadas, pueden transformar la forma en que enfrentamos esta realidad.
JGH