El mundo de la música despide a una de sus figuras más queridas: Chuck Mangione, renombrado trompetista, compositor y director de orquesta, falleció el pasado 22 de julio de 2025, a los 84 años, mientras dormía plácidamente en su hogar en Rochester, según confirmó su familia. Su partida se debió a causas naturales, sin padecimientos graves conocidos, y ocurrió en la misma ciudad donde comenzó y desarrolló gran parte de su carrera musical.
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El sonido que hizo sentir bien al mundo
Mangione alcanzó fama internacional en 1977 con el lanzamiento de su exitoso sencillo “Feels So Good”, una pieza instrumental que rompió paradigmas en la industria al posicionarse en el puesto número 4 del Billboard Hot 100. Su melodía suave, accesible y profundamente emotiva ayudó a popularizar el smooth jazz y se convirtió en una banda sonora atemporal para millones de oyentes. El álbum homónimo fue certificado doble platino, marcando el punto más alto de su carrera comercial.
Raíces, formación y visión artística
Chuck nació el 29 de noviembre de 1940 en Rochester, Nueva York. Junto a su hermano Gap Mangione formó el grupo The Jazz Brothers, inspirado por el estilo de Dizzy Gillespie, quien lo consideraba su “hijo musical”. Estudió en la prestigiosa Eastman School of Music, donde más tarde volvería como director del ensamble de jazz, dejando una marca en nuevas generaciones de músicos.
Premios, reconocimientos y legado olímpico
A lo largo de su carrera, Mangione fue nominado 14 veces al Grammy, ganando en 1977 por Bellavia —una pieza dedicada a su madre— y en 1979 por la banda sonora de The Children of Sanchez, también nominada al Globo de Oro. Su música formó parte de momentos históricos, como los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 con Chase the Clouds Away, y Lake Placid 1980, donde interpretó Give It All You Got durante la clausura.
Presencia cultural y conexión con nuevas generaciones
Más allá del escenario, Mangione se convirtió en un personaje recurrente en la serie animada King of the Hill, donde se interpretó a sí mismo con humor y carisma, acercando su legado musical a nuevas audiencias. En 2009, donó su icónico sombrero de fieltro y partituras originales al Smithsonian, y en 2012 fue incluido en el Salón de la Fama de la Música de Rochester.
Un adiós sereno, un legado inmortal
La familia del músico emitió un comunicado agradeciendo el cariño del público y recordando que “Chuck irradiaba alegría desde el escenario. Su música era la suma de todo lo que había experimentado.” Mangione se mantuvo activo en proyectos educativos y comunitarios hasta poco antes de su fallecimiento, demostrando que su pasión trascendía el éxito comercial. Hoy, el mundo lo recuerda como el hombre que hizo sentir bien a millones… con una trompeta y una melodía inolvidable.
JGH