El físico de Harvard, Avi Loeb, conocido por sus polémicas teorías sobre la existencia de tecnología extraterrestre en nuestro sistema solar, ha vuelto al centro del debate al sugerir que el cometa interestelar 3I/Atlas podría ser en realidad una nave alienígena.
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Aunque la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) han reiterado que se trata de un objeto natural proveniente de fuera del sistema solar, Loeb defiende la necesidad de explorar hipótesis extraordinarias basándose en anomalías observacionales que desafían los modelos tradicionales.
¿Quién es Avi Loeb?
Abraham "Avi" Loeb, de 63 años, es un astrofísico con credenciales impecables. Obtuvo su doctorado en Física en la Universidad Hebrea de Jerusalén y actualmente enseña en la prestigiosa Universidad de Harvard.
A lo largo de su carrera de cuatro décadas, ha escrito numerosos artículos científicos sobre agujeros negros, estrellas primigenias y cosmología, convirtiéndose en una autoridad reconocida en estos campos y acumulando múltiples distinciones académicas.
Sin embargo, en años recientes se ha convertido en una figura polémica dentro de la comunidad astrofísica debido a su creciente interés en la vida inteligente extraterrestre y sus controvertidas declaraciones sobre objetos espaciales anómalos.
El patrón se repite: dos objetos, una hipótesis
Lo más llamativo del caso 3I/Atlas es que Loeb ya había planteado una hipótesis similar sobre otro objeto interestelar: 1I/ʻOumuamua, descubierto en 2017.
Hasta ahora, los astrónomos han confirmado solo tres cuerpos interestelares que han sido detectados entrando al sistema solar: 1I/ʻOumuamua, 2I/Borisov y 3I/Atlas (cuya trayectoria puede seguirse en tiempo real a través de plataformas de la NASA).
Avi Loeb ha propuesto explicaciones alternativas para el comportamiento anómalo de dos de estos tres objetos, sugiriendo en ambos casos la posibilidad de que se trate de tecnología extraterrestre y no de formaciones naturales.
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La predicción sobre 3I/Atlas
En su hipótesis más reciente, Loeb sostiene que, si 3I/Atlas fuera una nave extraterrestre, durante los últimos días de octubre de 2025 ejecutaría una maniobra de navegación y liberaría sondas hacia los planetas del sistema solar.
Esta predicción específica ha generado expectativa entre sus seguidores, aunque la mayoría de la comunidad científica la considera altamente especulativa y carente de evidencia sólida que la respalde.
El físico reconoce que la posibilidad de un evento tecnológico extraterrestre es remota, pero insiste en que la ciencia debe guiarse por la evidencia y no por expectativas preconcebidas.
El caso Oumuamua: el precedente
En el caso de 1I/ʻOumuamua, descrito como una roca alargada sin cola y con velocidad anómala, Loeb argumentó que podía tratarse de una vela solar alienígena.
En un artículo publicado en 2018 en la prestigiosa revista The Astrophysical Journal Letters, explicó que la aceleración inusual del objeto podía deberse a la presión de la radiación solar sobre una superficie delgada artificial.
Los científicos observaron a 1I/ʻOumuamua solo durante unas semanas antes de que continuara su viaje por el espacio. La falta de experiencia con objetos interestelares y el tiempo limitado de observación impidieron obtener pruebas concluyentes sobre su verdadera naturaleza.
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El consenso científico actual considera a Oumuamua un objeto natural, pero Loeb defendió la hipótesis tecnológica en un libro de divulgación que fue traducido a varios idiomas y se convirtió en bestseller.
La NASA y la ESA han indicado que, aunque 3I/Atlas es un cometa singular con comportamientos que requieren estudio adicional, su origen es natural y no existe evidencia que respalde la hipótesis de tecnología artificial.
La mayoría de los astrónomos considera que las hipótesis de Loeb son especulativas y poco probables, mientras que él insiste en que la ciencia debe explorar incluso las posibilidades más extraordinarias, siempre que exista algún fundamento observacional.
Este debate refleja una tensión más amplia en la ciencia: ¿hasta dónde debe llegar la especulación? ¿Es válido proponer hipótesis extraordinarias con evidencia limitada, o esto genera más confusión que claridad en el público general?
Por ahora, mientras 3I/Atlas continúa su trayectoria observable, la comunidad científica mantiene su postura: se trata de un fascinante cometa interestelar, no de una nave extraterrestre.