El presidente de Argentina, Javier Milei, viajará el próximo 10 de diciembre a Oslo, Noruega, para participar en la ceremonia del Premio Nobel de la Paz 2025, que este año será entregado a la dirigente opositora venezolana María Corina Machado.
La presencia del mandatario fue confirmada por el subsecretario de Prensa, Javier Lanari, quien afirmó que Argentina “está del lado correcto de la historia, a favor de la paz y la libertad”.
El anuncio marca un nuevo posicionamiento internacional del gobierno argentino frente a la crisis política en Venezuela.
Un Nobel marcado por la lucha democrática en Venezuela
El Comité Nobel noruego galardonó a Machado el pasado 10 de octubre por su “incansable labor a favor de los derechos democráticos del pueblo venezolano” y por su compromiso con una “transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”.
La opositora venezolana confirmó su asistencia a la ceremonia, un evento que suele reunir a líderes internacionales y representantes diplomáticos.
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Tensión creciente entre Argentina y Venezuela
La relación entre ambos países atraviesa uno de sus momentos más delicados desde la llegada de Milei al poder. El último conflicto estalló tras la detención del gendarme argentino Nahuel Gallo, acusado por el gobierno de Nicolás Maduro de espionaje al ingresar a Venezuela el 8 de diciembre de 2024.
A casi un año de su captura, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró que trabajan para lograr su repatriación: “No hemos dejado ni un solo día de trabajar para ver cómo traer a Nahuel Gallo”.
Paralelamente, Argentina elevó ante la Corte Penal Internacional (CPI) una petición para que actúe frente al “deterioro” de la situación venezolana.
Caracas respondió acusando a Buenos Aires de convertirse en “falso defensor de derechos humanos”, en un intercambio que tensó la apertura de la Asamblea de Estados Parte en La Haya.
Un viaje que definirá el tono diplomático
La asistencia de Milei al Nobel de la Paz se interpreta como un mensaje político contundente en respaldo a la oposición venezolana y a la agenda internacional de derechos humanos. También podría profundizar el distanciamiento diplomático con el gobierno de Maduro en un momento de alta sensibilidad regional.
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