Quintana Roo / Cancún

Cambia artesanías por útiles escolares: Madre artesana oaxaqueña en Cancún, ofrece sus utensilios de madera para sacar adelante a su familia

La oaxaqueña Karina también vende utensilios hechos con madera. Si le va bien, gana hasta 200 pesos.
Dijo que, supuestamente, elementos del Geavig la amenazaron con quitarle a su hija porque no está estudiando / Erick Romero

Karina, madre soltera originaria de Oaxaca, se instala con su hija Cecilia frente al Costco, en la Kabah con Yaxchilán. Llegó a esta ciudad hace menos de un mes. Con un letrero que dice: “Cambio o vendo por despensa o útiles escolares”, ofrece cucharas y utensilios de cocina hechos a mano con madera.

Vino acompañada de su madre. Rentan un cuarto en la Región 235 por mil 300 pesos al mes. Si le va bien, gana hasta 200 pesos al día. Ella mantiene a su familia, ya que su esposo y padre de su hija se fue a Estados Unidos en 2022, y desde entonces no han sabido nada de él. Teme que ni siquiera haya llegado al país vecino.

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Karina contó que llegó a pensar en abandonar la ciudad, luego de que, supuestamente, elementos del Geavig la amenazaron con quitarle a su hija porque no estaba estudiando. Explicó que actualmente la menor no tiene clases. Aun así, los agentes le advirtieron que no querían volver a verlas vendiendo. Pese a eso, ella continúa saliendo, principalmente cerca de Costco o sobre la avenida La Luna, en busca de ayuda para la pequeña.

Lo que más busca es sacar adelante a su hija y a su madre. Por eso, acepta despensas, útiles escolares y ropa para la niña a cambio de sus productos. Algunas personas se acercan a ayudar, llevándole libretas o cuadernos. A cambio, se llevan dos cucharas o algún otro utensilio. En contadas ocasiones, jóvenes se le han acercado directamente con ropa en la mano para ofrecérsela sin esperar nada a cambio.

La mujer cuenta que hay días en los que comienza a vender desde muy temprano, y otros en los que sale después de las dos de la tarde, quedándose hasta que se oculta el sol. Dice que a veces regresa con algo, pero otras tantas, no logra vender nada. La situación no es sencilla, pero insiste en que lo importante es no rendirse.

La experiencia de su hija al conocer por primera vez el mar, le dio motivación para seguir adelante / Erick Romero

Ella fabrica los utensilios que vende. Los hizo junto con su madre en Oaxaca, su pueblo natal. Ambas llegaron a Cancún con la esperanza de poder venderlos y conseguir dinero para sobrevivir. Su plan original era quedarse un tiempo corto y luego regresar a Oaxaca, pero las cosas no salieron como esperaba. La venta fue más complicada de lo que pensaban y, ante la falta de ingresos, quedarse en Cancún se convirtió en la única opción posible, al menos por ahora.

Dijo que, a pesar de las dificultades, algo bueno le dejó esta ciudad, Cecilia conoció el mar por primera vez. Para la niña fue una experiencia inolvidable. Se quedó fascinada con el azul del agua y no dejaba de decirle a su mamá lo bonito que era. Esa imagen, dice Karina, le dio un poco de fuerza para seguir adelante, aunque por dentro no deje de preocuparse por lo que vendrá mañana.