Las altas temperaturas que se registran en el Caribe mexicano comienzan a mostrar sus efectos en la salud pública. En el municipio Benito Juárez, se ha detectado un incremento del 15% en las consultas médicas en unidades de salud, debido a padecimientos directamente relacionados con el calor extremo.
De acuerdo con Héctor González, titular de la Dirección de Salud municipal, las personas de entre 28 y 45 años, así como los adultos mayores, son las más afectadas. Entre los principales padecimientos se encuentran la deshidratación, cuadros diarreicos en menores por descomposición de alimentos y descompensaciones en pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes. “La mayoría de los pacientes que atendemos presentan síntomas asociados al aumento de temperatura: deshidratación, calambres, sarpullido, agotamiento, e incluso rabdomiolisis y golpes de calor”, detalló el funcionario.
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Según datos de la Secretaría de Salud, hasta el cierre de mayo se han registrado 22 casos oficiales relacionados con las altas temperaturas, incluidos 13 golpes de calor y tres episodios de deshidratación severa.
González informó que el centro de salud ubicado junto al Palacio Municipal de Cancún atiende en promedio a 100 personas al día, cifra que ha aumentado recientemente con al menos 15 consultas adicionales por estas condiciones.
A pesar del incremento en la demanda, la infraestructura médica en Benito Juárez continúa siendo limitada. Actualmente sólo operan dos módulos: el del Palacio Municipal y el de la Región 101. El plan para habilitar nuevas unidades se ha visto afectado por el proceso de federalización del sistema de salud, lo que ha retrasado la apertura de centros como el de la delegación Alfredo V. Bonfil, que permanece cerrado por falta de personal.
Ante este panorama, las autoridades han emitido un llamado urgente a la población para extremar precauciones ante la exposición solar, mantenerse hidratados y evitar actividades físicas intensas durante las horas de mayor radiación.
Las expectativas son claras: el calor continuará y, con él, la presión sobre el sistema de salud irá en aumento. Mientras se concretan nuevas unidades de atención, la prevención sigue siendo la principal herramienta para evitar una crisis sanitaria derivada de las condiciones climáticas extremas que afectan al estado.