El 38% de las 80 embarcaciones que pertenecen a las cooperativas turísticas locales se encuentra en mal estado y sin recursos para renovaciones, debido al bajo movimiento de pasajeros desde la pandemia, según informaron directivos y socios de los gremios.
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Además, se requiere la renovación de al menos 20 motores fuera de borda (25%) para garantizar un servicio seguro. Sin embargo, ante la crisis financiera actual, las cooperativas optan por realizar mantenimientos preventivos y cambios de piezas para extender la vida útil de los equipos. El costo de cada motor de 60 pies supera los 180 mil pesos.
En el caso de unas 30 embarcaciones, el mantenimiento consiste en pintura general, renovación de techos, chalecos salvavidas, sistemas de señalización y seguridad. La inversión total necesaria asciende a 7 millones de pesos para mejorar la imagen de la flota y garantizar la seguridad de los pasajeros, ya que un motor averiado puede ser peligroso, especialmente en zonas con alta densidad de navíos, como las cercanías de la terminal marítima, durante temporadas altas.
Diego Ramírez Díaz, presidente de la Unión de Cooperativas de Isla Mujeres, advirtió sobre el rezago financiero que enfrentan, señalando la ausencia de políticas institucionales de apoyo. “Cada socio enfrenta sus propios desafíos debido al bajo flujo turístico”, dijo.
Miembros de la cooperativa "Adolfo López Mateos" coincidieron en que, durante la pasada Semana Santa, menos del 40% de la flota operó diariamente, y no esperan una mejora significativa para el próximo verano. Actualmente, menos del 20% de las embarcaciones está en operación.
“Ya no es como antes, hay fuerte competencia con los de Puerto Juárez. La gente que nos visita llega con recursos limitados para paseos. Como están las cosas a nivel mundial, no esperamos que nuestra economía mejore”, expresó Alberto Mokul, encargado de una embarcación que apenas sale una o dos veces por semana.
Muchos tripulantes no logran obtener ingresos suficientes ni para alimentarse, y recurren a préstamos para mantener a sus familias. Al no poder cubrir sus deudas, han caído en morosidad y están en el buró de crédito. Tal es el caso de Sócrates González, quien acumuló una deuda de 120 mil pesos, considerada ya impagable.
En 2024, la banca en México cerró con un índice de morosidad del 2.02%. Aunque se mantuvo estable, se observaron ligeras fluctuaciones. La deuda de consumo fue del 2.96% y las tarjetas de crédito, del 3.32%, según un informe reciente.
JGH