Un grupo de turistas, provenientes de Querétaro, mostró su indignación y molestia por el precio de una lata de agua, de 355 mililitros, a 70 pesos, que venden en las playas del Parque del Jaguar, en Tulum.
De acuerdo con la queja, llegaron a este destino con la expectativa de disfrutar de la costa y pasar un rato agradable; sin embargo, el costo del agua los desanimó y prefirieron retirarse a otro destino.
Noticia Destacada
¡Entrada gratis al Parque del Jaguar de Tulum! ¿Quiénes podrán ingresar sin pagar?
Monserrat Reyes Palacios, madre de familia que acudió a dicho parque junto con sus hijos y sobrina, señaló que fue un desagradable momento el comprar un poco de agua a un sobre precio, que catalogó de abusivo.
El producto, de marca comercial, fue adquirido en Playa Santa Fe, donde mantenían el precio más alto, ya que al acercarse a otra, el costo fue de 50 pesos, una situación insostenible para familias numerosas que llegan a disfrutar de las playas y que ante el calor deben consumir como mínimo dos litros.
Señaló como un plan con maña de la administración del recinto con los restaurantes y quienes venden productos para hidratación, toda vez que afirmó que, en cada entrada a las playas dentro del recreativo, hay módulos con grifos para beber agua potable de manera gratuita, pero están inservibles, lo que lleva a suponer que el visitante es obligado a comprar a precios exorbitantes.
“Entendemos que no dejen pasar botellas de plástico para cuidar el medio ambiente y eso está bien, lo vemos con buenos ojos y nos pareció buena iniciativa, pero cuando ya vimos los precios de una sola latita de agua, a 70 pesos, entendimos el negociazo que están haciendo, pues en su mayoría son extranjeros los que llegan a este lugar, y al ver que los grifos de agua gratuita y potable de los módulos no están en funcionamiento, todo nos terminó de cuadrar”, expuso.
Indicó que optó por retirarse y acudir a otro destinó más accesible, como Playa del Carmen, en donde, dijo que, la comida y las bebidas a la orilla de la playa son accesibles y no tan abusivos y exorbitantes como en este lugar.
La mujer y su familia se dijeron sorprendidos de los precios, pues hasta hace dos años, cuando visitaron estos mismos arenales, antes de que fueran administradas por el Parque del Jaguar, la situación y el ambiente eran diferente, por lo que sin dudarlo sentenció que jamás volvería a los arenales de este destino turístico.