Hoy se cumplen 21 años de uno de los episodios más sangrientos ocurridos en este destino turístico, cuando aparecieron nueve cadáveres.
Del total, cinco de los cuerpos estaban en un lote baldío cercano a la Central de Abastos; tres eran elementos de la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI) y dos “madrinas”, así como, cuatro cuerpos carbonizados y encajuelados, situación que provocó el arribo de personal de la entonces Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo) y detuvieron a más de 30 servidores públicos, entre policías federales, estatales y municipales, por sus presuntos vínculos con la delincuencia organizada, de los cuales, la mayoría quedó en libertad en el 2008, por no encontrar evidencia clara en su contra y mala integración del expediente.
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La delegación de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), hoy Fiscalía General de la República (FGR) fue desmantelada y se reconoció que dos grupos se disputaban la plaza, siendo el inicio de una guerra sin cuartel. El escándalo fue tan sonado a nivel nacional, que el entonces titular de la Siedo, José Luis Santiago Vasconcelos, arribó a Cancún para tomar medidas drásticas, ordenadas por Rafael Macedo de la Concha, entonces procurador de la PGR.
La delegación estatal de la PGR fue tomada por el Ejército y personal de la Siedo arraigó a policías de los tres niveles de Gobierno y a funcionarios. Noventa días después, todos fueron consignados ante el Juzgado Tercero de Distrito y recluidos en el Cereso de Mérida, Yucatán.
Con el paso de los años, los testigos protegidos se retractaron de sus acusaciones originales, pero el violento suceso sólo fue el inicio de una guerra entre los cárteles por el control de la plaza, la cual continúa.
El 26 de junio del 2006, un comando armado acribilló a balazos al coronel Wilfrido Flores Saucedo, entonces alto mando de la Dirección de Seguridad Pública, cuando fue emboscado junto con su chofer Alejandro Morales Xicoténcatl, sobre la avenida Kabah. En agosto de ese año, asesinaron a Sam Rodríguez Rodríguez, subdelegado de Procedimientos Penales “A”, de la PGR, a unos metros de la dependencia federal.
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Para febrero del 2007, la delincuencia organizada ejecutó a Pedro Ulises Aguayo Cartagena, suboficial de la extinta Policía Federal Preventiva, adscrito al Aeropuerto Internacional de Cancún, quien fue encontrado muerto con dos impactos de bala en la cabeza, en el interior de una camioneta en la Región 510 y cuyo crimen también se relaciona con el trasiego de droga.
A partir de noviembre del 2004 fue más evidente la presencia del crimen organizado, con la ejecución de 12 personas.