Un total de 250 hombres han sido víctimas de maltrato familiar en los primeros meses del 2025, confirman representantes del “Proyecto Inocencia” en Quintana Roo, el cual busca reducir las condenas injustas y organizadas por mujeres, quienes en algunos hechos fabrican los delitos para ganar los casos.
Aunque el 2024 cerró con cifras que rondaban mil casos de hombres agredidos, en los primeros meses de este año han alzado la voz y buscado el apoyo para denunciar los actos de los cuales son víctimas y con ello mantener la custodia de menores de edad y limpiar su nombre, explicó la vocera del programa a este medio.
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Ariadne Song, activista y defensora de los derechos humanos, explicó que la perspectiva de los hombres afectados ha ido cambiando porque antes pensaban que con dejar pasar las acciones por parte de su pareja o expareja sentimental no iba suceder nada jurídicamente, pero al explicarles que una denuncia de ese nivel los podría llevar a enfrentar sentencias que van desde 30 a 50 años de prisión cambian por completo la actitud y proceden a defender sus derechos, lo que ha sucedido en los municipios Benito Juárez, Playa del Carmen, Isla Mujeres, Cozumel y Felipe Carrillo Puerto.
Señaló que estos 250 casos están siendo analizados para poder ingresarlos al proyecto “Inocencia Quintana Roo” debido al compromiso que se requiere por parte de la víctima, la licenciada de profesión exclamó: “Les soy honesta si las mujeres viven un viacrucis, los hombres lo viven al doble, por discriminación y porque nadie les cree su historia”, señaló.
En la actualidad, los organismos defensores de las mujeres quienes han visto casos en los cuales los hombres son víctimas de denuncias fabricadas, señalan que en más del 95 por ciento de estos, las víctimas no se pueden defender por no contar con la solvencia económica para pagar un peritaje independiente o estudios psicológicos con los que puedan debatir ante los Juzgados, los dictámenes integrados por los especialistas asignados son los que se integran a las carpetas, ante esto los hombres optan por dejar el proceso al aire, quedando a merced de sus agresoras.