
En lo profundo de la selva campechana, entre árboles centenarios y ecos de una civilización milenaria, se encuentra Río Bec, una de las joyas arqueológicas menos conocidas pero más enigmáticas del mundo maya. Este sitio, ubicado en el municipio de Calakmul, al sur del estado de Campeche, ha comenzado a despertar el interés de investigadores, turistas y autoridades culturales por su arquitectura única y su potencial turístico.

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¿Qué es Río Bec?
El nombre Río Bec no solo identifica al sitio arqueológico, sino también a un estilo arquitectónico maya caracterizado por torres gemelas decorativas, escaleras falsas y fachadas simétricas que evocan templos monumentales, aunque no eran funcionales como tales. Este estilo, descubierto inicialmente en este sitio, se ha identificado en otras zonas cercanas como Chicanná, Hormiguero y Xpujil, formando parte de la región conocida como Río Bec.

La estructura principal del sitio está compuesta por un conjunto con dos torres angostas en los extremos, que se elevan visualmente pero no tienen acceso real, lo que sugiere un propósito ritual o simbólico más que práctico. Los edificios están decorados con paneles en damero, reminiscentes del estilo Chenes, y muestran un alto grado de sofisticación estética y simbólica.
¿Dónde se encuentra y cómo llegar?
Río Bec se localiza a unos 10 kilómetros al este de Xpujil, en el municipio de Calakmul, cerca de la frontera con Quintana Roo. Desde la capital del estado, San Francisco de Campeche, el trayecto terrestre toma aproximadamente 6 a 7 horas, recorriendo la carretera federal 186 hacia Escárcega y luego hacia Xpujil. El acceso final al sitio requiere vehículo tipo camioneta o 4x4, ya que el camino es rústico y sin pavimentar, especialmente en temporada de lluvias.

¿Es apto para turistas?
Aunque Río Bec no cuenta con infraestructura turística formal, como señalética, sanitarios o guías permanentes, sí es visitable para quienes buscan experiencias arqueológicas fuera de ruta. Se recomienda visitar con guía especializado, llevar agua, protección solar y ropa adecuada para selva. El sitio no está cerrado al público, pero su acceso es limitado y depende de las condiciones del camino y del acompañamiento adecuado.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha realizado trabajos de registro, conservación y documentación, aunque aún no se ha abierto como zona arqueológica oficial con servicios turísticos, como sí ocurre con Becán o Calakmul.
Un legado por descubrir
Río Bec representa una ventana al simbolismo maya, donde la arquitectura no solo servía para habitar, sino para comunicar poder, cosmología y ritualidad. Su aislamiento ha permitido que la selva lo preserve, pero también ha limitado su difusión. Hoy, con el impulso del turismo cultural y la divulgación arqueológica, Río Bec comienza a revelar sus decretos, esperando ser reconocido como uno de los grandes tesoros ocultos de Campeche.
JGH